Mientras la Selección Nacional se prepara para enfrentar a Paraguay en la segunda fecha de la Copa América, un lector transmite su parecer frente a lo que considera una injusta crítica al cuerpo técnico y jugadores luego de caer en el debut frente a Colombia.
No comparto en absoluto las críticas y me resultan ya insoportables. No me parece que sea el camino, para nada.
La Copa América es el primer torneo oficial que la Selección juega con Lionel Scaloni como entrenador y el partido frente a Colombia fue el primer partido por los puntos. Es obvio que hay muchos otros factores extrafutbolísticos que influyen.
Cuando terminó el Mundial todos coincidíamos que había que barajar y dar de nuevo, y que un cambio radical no daría resultados inmediatos. Scaloni es el técnico que se animó a cambiar, hay muchos chicos sin experiencia en la Selección, pero ahora queremos ser campeones. Y al perder el primer partido oficial contra un gran equipo como Colombia, pareciera que somos un desastre.
El director técnico fue claro en decir que no éramos candidatos y el periodismo se encargó de criticarlo diciendo que era un temeroso. Quizá sea hora que los argentinos nos demos cuenta que no somos tan fenómenos y que precisamos mucha más humildad. Probablemente las frustraciones en el juego que acumula el equipo estén en parte relacionadas a las constantes malas energías que transmitimos entre todos.
Lo llevo a mi realidad laboral personal. Cuando no confían en mí, no sirvo para nada. Si alguien espera que cometa un error para aniquilarme, directamente no le llevo el apunte porque no valora (y por lo tanto no merece) mi esfuerzo.
Con esto digo que no me da ninguna garantía cambiar de técnico. Me parece un error pensar que Marcelo Gallardo tenga la llave y que con él se acabarían todos los problemas. ¿O acaso cuando Chile jugaba hermoso con Jorge Sampaoli, no pensábamos que nuestra solución era el técnico que estuvo en el Mundial?
Ojalá que estos chicos saquen afuera su rebeldía y demuestren sus capacidades, porque no dudo que son capaces.
Pero si eso no pasa (incluso si nos vamos en primera ronda), con todo el dolor del mundo intentaré valorar el coraje de un cuerpo técnico que inició un cambio necesario y se viene bancando todas las críticas. Incluso los jugadores que, aun sabiendo a lo que se exponen jugando para Argentina, se matan día a día para ser seleccionados. Eso sí es querer ganar.
Para mí, que en mis intentos cotidianos por triunfar acumulo muchos más fracasos que victorias, querer intentarlo siempre, vale más que todo. En definitiva, para eso estamos.
Por Germán Gariboldi