Del fútbol de exportación al fútbol robado

Del fútbol de exportación al fútbol robado

La definición de la Copa Libertadores se disputará en Madrid el domingo 9 de diciembre a las 16.30 hora argentina. La vergüenza y la tristeza no tiene fin.

“La Libertadores es el fútbol de verdad, la Champions es fútbol de PlayStation”. La frase pertenece al presidente de la Conmebol, en una entrevista que concedió al diario La Nación 20 días atrás. Una descripción que si bien remite a las características del juego en esta parte del mundo, también denota cierta altanería, esa sensación de creernos los mejores del mundo sin demostrarlo.

El fútbol argentino, y sudamericano, claro, tenía la oportunidad de ser el centro de las miradas del mundo con una final inédita para su certamen más importante a nivel clubes. Que un torneo continental lo defina un clásico no ha ocurrido jamás. Con el agregado que se trata de un River-Boca, para muchos el partido más atrayente del globo, por la rivalidad y por el folklore que lo rodea.

“El fútbol argentino es un fútbol de exportación” también se ha dicho una y otra vez, en alusión a las grandes figuras que brotan de estas tierras y que, por la misma desigualdad que atraviesa a toda la humanidad, emigran con un puñado de partidos –y a veces ni eso– seducidos por los lujos, dineros y oportunidades deportivas de las grandes ligas europeas.

Y ahora un escándalo como el vivido el pasado sábado alimentó el negocio. El mejor partido, en esta instancia, con todo el folklore, es vendido al mejor postor y viaja a Madrid, para que el mítico y legendario estadio Santiago Bernabeu sea el escenario de una obra que dejará millones. Al mejor estilo Champions League.

Ya no habrá restricción para simpatizantes visitantes. Tampoco tendrán el privilegio los socios, genuinos hinchas, que soportaron seis horas en el Monumental mientras un grupito generaba el caos. La Conmebol se ha encargado en primera persona de “robarse” el partido que todos sueñan jugar y ver.

Será muy difícil volver de este papelón de la Conmebol y del fútbol argentino. Las mafias han metido la cola una vez más y por lo bajo se ríen de quienes sufren y gozan con el corazón lleno de pasión. Ellos buscan llenarse solo los bolsillos.

Ahora Domínguez podrá aclarar su frase. ¿No será que el fútbol de verdad es el de PlayStation?

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