Costa Rica crea un distrito indígena

Costa Rica crea un distrito indígena

Se llama Matambú y es habitado por 1.200 miembros del pueblo chorotega. En el país viven 104 mil indígenas.

Costa Rica tiene un nuevo distrito administrativo, el de Matambú, habitado por los miembros del pueblo indígena chorotega. El presidente costarricense, Luis Guillermo Solís, promulgó la semana pasada la ley que crea el nuevo distrito que es el único territorio habitado por los chorotega, y se ubica en la provincia de Guanacaste (Pacífico norte).

De este modo se pretende dar amparo a los derechos y libertades fundamentales de los 1.200 habitantes de este territorio.

Solís especificó que Matambú será el quinto distrito del cantón de Hojancha y contará con su mapa oficial, según las coordenadas referidas por el Instituto Geográfico Nacional. “Con este acto le damos a los habitantes de Matambú seguridad para que puedan tener mejores condiciones en su desarrollo territorial y puedan preservar su rica identidad y diversidad como un derecho fundamental que tienen estas cuatro comunidades que conforman el nuevo distrito”, expresó el mandatario.

Anteriormente, Matambú pertenecía a dos cantones, Hojancha y Nicoya. Esta situación dificultaba la coordinación con los gobiernos locales, pues la línea divisoria atravesaba el territorio.

En Costa Rica, el 2,4 por ciento de la población nacional es indígena. El último censo (2011) registra 104.143 habitantes, de los cuales un 35 por ciento vive dentro de sus territorios, mientras que un 65 por ciento se encuentra fuera.

Según datos oficiales, en el país este grupo poblacional está distribuido en ocho grandes pueblos: Bribís, Cabécares, Malekus, Chorotegas, Huetares, Teribes, Bruncas y Ngäbe, en los cuales se registran altos niveles de pobreza.

  1. Hay muchos primeros pasos dirigidos a la reparación de los estragos producidos a los pueblos indígenas, perseguidos, desposeídos, sus familias desmembradas, reducidos a la esclavitud; sin embargo no solo subsisten, sino que resurgen; necesitamos de sus culturas, de sus cosmovisiones que hemos intentado amputar, como si fueran un aborto de la Humanidad. Dios no se equivoco en este aspecto, los que nos equivocamos somos nosotros. Es un signo de EPIFANÍA este resurgimiento en el que hay que poner mucho empeño. En nuestras latitudes es imperativo cambiar de actitudes con tantos pueblos que continúan siendo perseguidos, entre otras, corregir la aberración de considerar a los mapuches como terroristas, es una actitud aberrante. La inculturación; paso fundamental para la PAZ Y LA CONVIVENCIA FRATERNA; nos llama a reflexionar honestamente sobre el devenir socio-cultural de estos cinco siglos iniciados con la conquista de lo que hoy denominamos AMERINDIA. Necesitamos sanar nuestra historia. La conciencia nos interpela “DONDE ESTÁ TU HERMANO”.

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