Escaner un código y pagar es algo sencillo. Una cuestión que por estos tiempos asombra a muy pocos, por todos los cambios experimentados de marzo de 2020 a esta parte.
Uno se puede olvidar de cualquier cosa al salir de casa, menos del telefonito. Allí están los documentos, contactos, y hasta gran parte de la platita!
Nos vamos despegando del efectivo, lenta pero inexorablemente. De eso se trata la revolución en curso, porque se está implementando el programa “Transferencias 3.0”. Original iniciativa impulsada por el Banco Central, que unifica en una plataforma estandarizada e interoperable la acreditación inmediata de transferencias y pagos. La interoperabilidad hace que sea “transparente” para el usuario, para que con cualquier aplicación financiera pueda pagar en los comercios.
El plan se propone lograr que haya 1500 millones de transacciones digitales en los próximos tres años, que se duplique el mercado de emisión de “débito”, que haya más de 4000 millones de operaciones digitales anuales y un 15% de digitalización del mercado de pagos en el año 2022. Es necesario que los jugadores tradicionales que proveen servicios de posnet y los basados en QR abran sus plataformas a la interoperabilidad cuanto antes, y que se aceleren los cambios culturales. Para este cambio resulta clave desarrollar la “gimnasia” que permita naturalizar el proceso de lectura de los QR con el teléfono.
Primero fue la aparición de la opción de pago con QR en estaciones de servicio, las que rompieron el hielo. La naturalización siguió con la aparición del QR en los negocios de cercanía. Luego vendría el virus, la resistencia a tocar billetes, y con esto la plataforma creció exponencialmente. La “gimnasia” posterior fue la de leer un menú via QR, para conocer la carta de un restaurante. Se espera que el sistema de manchas de los QR reemplace a las barras en las boletas de servicios, siguiendo una tendencia que marcó la AFIP, al anunciar que incluirá código QR en las facturas electrónicas que se emiten en su aplicación de Comprobantes en Línea.
Con un uso cada vez más diverso y cotidiano de los códigos QR, una herramienta que data de los 90’, el escaneo y la digitalización llegaron para quedarse. ¡Es la Revolución Digital!
Fuente: https://pressreader.com/article/282308208294274
