El régimen hizo saber que ve con buenos ojos volver a las reuniones con Estados Unidos, pero también ensayó dos misiles de corto alcance.
El régimen de Corea del Norte sigue en su tesitura de mantenerse formalmente abierto al diálogo con Estados Unidos, pero sigue presionando a través de la continuidad de sus ensayos de armas de corto, mediano y largo alcance. Una verdadera demostración de poder, ante el freno que registra el proceso de normalización de las relaciones con los vecinos de Corea del Sur y la desnuclearización de su sistema de defensa. Hoy martes, Pyongyang disparó dos proyectiles de corto alcance en un momento en que hay esfuerzos para acercar posiciones con Estados Unidos, y la posibilidad de que a finales de este mes se retome el diálogo sobre desnuclearización. El ensayo del régimen norcoreano se produjo tan solo horas después de que la viceministra de Exteriores, Choe Son-hui, dijera que Corea del Norte ve con buenos ojos acordar una fecha para sentarse a hablar con representantes de la Casa Blanca a final de mes. Sin embargo, y en un gesto que algunos interpretan como la enésima acción norcoreana para añadir presión y acelerar el inicio de las conversaciones, el Ejército del aislado país asiático lanzó los dos proyectiles poco después del comunicado de Choe que emitió la agencia estatal KCNA.
El Estado Mayor Conjunto surcoreano, por su parte, informó de que Pyongyang disparó a modo de prueba “dos proyectiles de corto alcance no identificados” hacia el Mar de Japón (Mar del Este para las dos Coreas) desde la localidad de Kaechon (75 kilómetros al norte de Pyongyang). Los proyectiles -Seúl evitó confirmar que se trató de misiles mientras la inteligencia estadounidense y surcoreana continuaban analizando las “especificaciones adicionales” de lo testado hoy- recorrieron unos 330 kilómetros y alcanzaron un apogeo de entre 50 y 60 kilómetros. El propio Estado Mayor y el Consejo de Seguridad Nacional surcoreano, que celebró una reunión de emergencia tras conocerse el ensayo, condenaron la acción e instaron a Pyongyang a no repetir gestos que contribuyen a elevar la tensión regional. Este es el décimo ensayo de armas norcoreano en lo que va de año, después de que el régimen de Kim Jong-un estuviera 17 meses sin realizar una sola prueba de este tipo mientras se embarcaba en las primeras rondas diplomáticas con EEUU.
“Estamos dispuestos a sentarnos con la parte estadounidense para mantener discusiones exhaustivas sobre los temas que hemos abordado hasta ahora, en una fecha y un lugar que deberán acordarse a fines de septiembre”, explicó la vicecanciller Choe en el comunicado publicado antes del lanzamiento por la agencia KCNA. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se pronunció sobre el texto en cuestión antes del ensayo de armas norcoreano, aunque no llegó a confirmar definitivamente que ambas partes vayan a reunirse aún.
“Veremos qué pasa, pero siempre digo que mantener reuniones es algo bueno, no algo malo”, dijo a los periodistas congregados en la Casa Blanca.
La oferta norcoreana llega después de que el pasado 30 de junio Trump y Kim mantuvieran una cumbre informal e improvisada en la frontera intercoreana, en la que acordaron que retomarían las negociaciones técnicas para alcanzar un acuerdo sobre la desnuclearización de la península. Sin embargo, más dos meses después ambas partes siguen sin haberse reunido. Entre medias, el régimen realizó ocho lanzamientos de misiles, principalmente a modo de protesta por unas maniobras militares estivales realizadas en el Sur por Seúl y Washington. Se cree que si se retoman las conversaciones de trabajo próximamente, al frente de las mismas estarían el representante especial de EE.UU. para Corea del Norte, Stephen Biegun, y el ex embajador norcoreano en Vietnam Kim Myong-gil.