El cordero es una de las carnes que se caracteriza por su sabor y que necesita una preparación un poco más atenta.
Hay muchas maneras de prepararlo y en nuestra región se prefiere asarlo a las brasas. Y de verdad, es una delicia disfrutar de esta manera de prepararlo. Pero hoy queremos compartir una receta que prevé usar el horno de casa, al máximo y durante una hora y media casi, pues su carne necesita de ese tiempo para cocinarse bien.
Comencemos por trozar 1 kg de cordero y marinarlo una horita con sal y pimienta, el jugo de un limón, media taza de vino (blanco o tinto), un ajo aplastado, un par de hojas de laurel y salvia (si no encuentran puede ser tomillo), algo de jengibre rallado.
Mientras se marina el cordero, laven bien 1 kg de papitas sin quitarle la cáscara. Usen las rojizas de pequeño tamaño. Luego las cortan en mitades y las pasan a una asadera que habrán untado generosamente con aceite. Mezclen un par de cebollines cortados o picados y finalmente agreguen el cordero con todo su jugo y aromas. Cubran con una taza de agua y añadan más tomillo y romero. Finalmente, pasen todo al horno que previamente habrán encendido para que esté bien caliente.
Cordero y papas deberían cocinarse al mismo tiempo durante una hora y media de horno. Pero en caso de que el cordero esté listo antes de las papas, cubran la asadera con una hoja de aluminio que evitará que la carne quede seca.
Para completar ese almuerzo, acompañen el plato con abundantes y variadas ensaladas: radicheta, lechugas morada y capuchina, mezcladas con zanahoria rallada, por ejemplo, para completar los sabores de la comida. Si tienen un buen vino blanco seco, podrá acompañar dignamente este plato o, si lo prefieren, seguir la tradición de un buen tinto, un cabernet sauvignon, acaso, para acompañar el cordero.