La hermana Bernarda se fue a cocinar al cielo el lunes 16 de junio de 2014. Difundió la fe a través de sus recetas de cocina, tanto televisiva como literariamente. Siempre instaba a ahorrar.
Fue una vera precursora que mostró un camino distinto para llegar a Dios. Por cierto, bastante dulce. No en vano, su (primer) programa se llamaba “Dulces Tentaciones”, e iba por la señal El Gourmet.
Se animó a poner como subtítulo en uno de sus libros “cocina y meditación”. Nada más cierto, porque cuando se cocina con amor, el comensal puede percibirlo ahicito nomás.
Bien lo experimentamos en estos tiempos pandémicos, donde volvimos a la cocina casera.
Pertenecía a la Congregación de las Hermanas de la Santa Cruz, donde ingresó bien jovencita. En el año 1986 viajó a Alemania, la tierra de sus ancestros, y aprovechó a perfeccionarse en la cocina germánica.
Su coreografía era austera. Infinidad de veces, cocinaba desde la cocina del convento.
Demostró que se puede llegar a Dios cocinando, y que se puede hacer televisión con pocos recursos, y hasta con el acento propio, natural.
Agradecemos y recordamos a la Hermana Bernarda, mientras degustamos algunas de sus tantas recetas.