Ciberdelitos: ¡ni el Whatsapp se salva!

Ciberdelitos: ¡ni el Whatsapp se salva!

Gran parte de la humanidad está expuesta al flagelo de las estafas, aggiornadas a la modalidad digital. 

Favorecidos por el tiempo que brindó el confinamiento, ciertos grupejos  se dedican a elaborar y perfeccionar estafas. De hecho han desarrollado más de un centenar de  técnicas para hacerse del dinero ajeno, hackeando las cuentas de WhatsApp.

La maniobra para secuestrar esta red social universal suele empezar con un simple mensaje de texto, donde se solicita digitar el código de WhatsApp para “autentificar que se trata de la persona que debe recibir la segunda dosis de la vacuna contra el Covid-19”. Para intimar al destinatario, el mensaje indica que ese requisito es necesario para que se otorgue el turno, en caso de negarse a entregar el código, el lugar será ocupado por otra persona..

Una vez recibido el código, los ciberdelincuentes toman el comando de la cuenta de WhatsApp desde otro dispositivo, con la misma foto de perfil y mandan un mensaje a todos los contactos para avisar que el cambio de celular y solicitan que se agende el nuevo número.

En los días posteriores al robo de la clave de WhatsApp, los cacos digitales  estudian hábitos, relaciones y vínculos del usuario al que le robaron la cuenta del simple y contundente WhatsApp. Se hacen pasar por amigos o familiares, llaman a los destinatarios por su nombre de pila, o apodo, tal como figuran en la agenda. ‘Cambiame dólares. Es urgente’, suele ser una de las modalidades más empleadas para estafar a los contactos.  

El robo del dinero es el paso siguiente, los destinatarios son los contactos agendados de la cuenta hackeada. Los ciberdelincuentes envían un número de CBU en el que piden que se deposite un monto a causa de una “farsa emergencia”.

Nadie está exento de caer en la trampa. En algunos casos, los pedidos van acompañados de un video donde una persona aparece llorando en una terapia intensiva porque sufrió un accidente. En las imágenes no se distinguen rostros, pero la situación parece creíble, como si pertenecieran a la persona que mandó el mensaje y figura en la lista de contactos de Whatsapp. El video con la persona en la sala de guardia de un hospital ocupó el lugar de “la llorona” como método para hacer creíble un engaño y apuntar al factor emocional.

La lista de contactos también reemplazó a la guía telefónica como herramienta que los delincuentes usan para los secuestros virtuales. 

En la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci), dependencia a cargo de Horacio Azzolin, se reciben entre diez y quince reportes por día de personas que sufrieron el robo de su cuenta de Whatsapp. Este tipo de modalidad delictiva comenzó a ser frecuente en mayo pasado, en junio último tuvo un pico de crecimiento de casos y este mes el nivel de hechos “es sostenido”.

Al hackear la cuenta de WhatsApp de una persona, los delincuentes usan los contactos agendados, haciéndose pasar por la víctima y pedir un “préstamo urgente”. “Bajo ningún concepto hay que entregar el código de validación de la cuenta de Whatsapp. Para evitar ser víctima de este tipo de ciberdelincuentes no hay que entregar claves personales y, rápidamente, reportar la línea telefónica desde el cual se hacen las extorsiones”, afirmó Azzolin. 

Daniela Dupuy, del Ministerio Público porteño, sostuvo que las metodologías que utilizan los ciberdelincuentes mutan. “Cuando los delincuentes observan que sus potenciales víctimas advirtieron el engaño cambian la modalidad y buscan una nueva forma de estafa”. La funcionaria confirmó que en los últimos dos meses hubo un aumento de casos de robo o hackeo de cuentas de WhatsApp. “Es muy importante usar los mecanismos de seguridad para que la cuenta sea impermeable. En WhatsApp es valioso activar el doble factor de autenticidad”.

Fuente: https://tinyurl.com/CnCiberdelitos

Deja un comentario

No publicaremos tu direcci贸n de correo.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.