La coalición de izquierda manifestó que una victoria de la derecha sería un retroceso, pero que sus votantes decidirán de acuerdo a sus convicciones.
Se la hace difícil el camino de ganar en segunda vuelta las elecciones presidenciales al candidato de la centro izquierda oficialista de Chile, Alejandro Guiller, que el próximo 17 de diciembre deberá competir con su adversario de derecha, Sebastián Piñera.
La coalición de izquierda, Frente Amplio, que en noviembre consiguió el 20% de los votos emitidos, no se pronunció explícitamente para darle apoyo. La coalición que reúne a 14 partidos, realizó una consulta interna al final de la cual su candidata a la presidencia en primera vuelta, Beatriz Sánchez, manifestó que cada votante del Frente Amplio decidirá “en base a su propia convicción y análisis”.
La coalición, nacida en el pasado mes de febrero, ha sido la novedad de estas elecciones pudiendo reunir muchos más votos de los que le atribuían los sondeos. Además de la periodista Beatriz Sánchez, el Frente Amplio reúne a líderes sociales y legisladores provenientes de sectores estudiantiles que, en estos años, han luchado por la gratuidad de la educación. Otros temas que son parte esencial de su programa son la condonación de las deudas que contraen las familias de los estudiantes universitarios para seguir su carrera, la superación del actual sistema privado de jubilaciones, la convocatoria de una asamblea constituyente para una nueva Carta Magna.
Son aspectos que la Nueva Mayoría, la coalición que sostiene a Guiller, ha afrontado en modo parcial durante la gestión de la presidenta Michelle Bachelet, dedicando fondos para hacer gratuito el acceso a la universidad a los sectores sociales con menores ingresos, o mitigando el sistema jubilatorio fortaleciendo su costado solidario, pero sin conseguir internamente el apoyo de todos sus componentes para avanzar sobre esos mismos puntos.
La consulta constitucional promovida por Bachelet no ha embocado el camino de una constituyente y se encuentra varado a mitad de camino.
Respecto de las deudas contraídas para financiar los estudios universitarios, Guiller ha propuesto condonarlas a las familias del 40% más pobre del país (los últimos dos quintiles en los que está dividida la población del país). Del lado frenteamplista se respondió que se trata de medidas aisladas y ambiguas.
En el Frente Amplio no hay predisposición a apoyar un gobierno que no quiera poner en marcha reformas sustantivas en el país. De hecho, la postura en estos días ha sido la de emplazar a Guiller a incorporar algunas de sus propuestas claves, sin por ello considerar la posibilidad de ser parte de un gobierno. Varios de sus exponentes, en estos días, manifestaron que, pese a apoyar a Guiller seguirían en su camino autónomo y, de ser el caso, opositor.
Sánchez y otros líderes del sector han afirmado que un triunfo de Piñera, de notoria orientación neoliberal, sería un retroceso para el país. Sin embargo, han preferido evitar una expresa manifestación de apoyo lo que abre paso a dudas importantes, pues Guiller apenas ha reunido el 22% de los votos, por lo que el apoyo de los frenteamplistas será clave para superar a Piñera, así como será clave convocar a votar a ese 53% de electores que en primera vuelta no concurrieron a las urnas.