Son ex agentes de inteligencia (DINA) que secuestraron y asesinaron a ocho militantes comunistas en 1976.
La Justicia de Chile condenó a 53 agentes represores de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), una de las mayores sentencias en Chile relacionadas con las violaciones a los derechos humanos, por su responsabilidad en el crimen de ocho opositores del Partido Comunista ejecutados en 1976. Según un comunicado del Poder Judicial, el ministro en visita (juez especial) para causas por violaciones a los derechos humanos de la Corte de Apelaciones de Santiago, Miguel Vázquez, dictó sentencia en contra de los ex agentes de Estado por el delito de secuestro calificado.
Las víctimas de este delito fueron Mario Zamorano Donoso, Onofre Muñoz Poutays, Uldarico Donaire Cortéz, Jaime Donato Avendaño, Elisa Escobar Cepeda, Lenin Díaz Silva, Eliana Espinoza Fernández y Víctor Díaz López.
Todas las víctimas fueron detenidas en el marco del denominado caso “Calle Conferencia”, que consistió en el exterminio, a mediados de 1976, de toda la directiva comunista, que actuaba en la clandestinidad.
Los agentes eran miembros de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), la policía secreta de la dictadura entre 1973 y 1977 – luego reemplazada por la Central Nacional de Informaciones (CNI)- han recibidos condenas fluctuaron entre los 20 y los 3 años de presidio. Entre ellos destaca el brigadier del Ejército chileno, Miguel Krassnoff Martchenko, que con esta sentencia ya suma 700 años de cárcel por violaciones a los derechos humanos.
Un grupo de 8 agentes, en cambio, fue absuelto.
Según estableció la investigación, todas las víctimas del proceso, fueron detenidas para ser interrogadas y torturadas en razón de su militancia política, con el fin de obtener información sobre sus actividades de partido y, en especial, la identificación posterior de otros miembros del Partido Comunista en la clandestinidad. “Dichos apremios no cesaban hasta la obtención de la información requerida o, hasta la inconsciencia de las víctimas”, precisó el fallo.
Las víctimas fueron asfixiadas con una bolsa de plástico y luego fueron arrojadas al mar. El juez Vázquez pudo establecer que el lanzamiento de cuerpos al mar fue una práctica sistemática utilizada por los agentes de seguridad desde principios de 1974 hasta 1978.
Durante la dictadura de Pinochet, conforme a cifras oficiales, unos 3.200 chilenos murieron a manos de agentes del Estado, de los que 1.192 figuran aún como detenidos desaparecidos, mientras otros 33.000 fueron torturados y encarcelados por causas políticas.