La cepa detectada en la India marca el craso error de aquellos países que no vacunaron a su población al ritmo necesario.
Delta es una variante más del COVID-19. Por un lado es altamente contagiosa, pero el problema es que surgió justo cuando había una “cierta ilusión” de triunfo contra el virus.
Los países pueden clasificarse como aquellos que apelan a todo tipo de medidas, dado que están sacudidos por el virus. Otros intuyen su arribo, y finalmente hay un grupo que mantiene la cautela.
En todos los casos, el número que “habla” es el porcentaje de habitantes que ha sido vacunado. Esto resulta más elocuente que el cierre de fronteras, o la restricción del ingreso a ciertos países. Veamos.
Israel
La epidemióloga de la Universidad Hebrea, Ronit Calderon, advierte, que los números de contagio aún son demasiado pequeños para apurar conclusiones sobre el impacto de la hospitalización y muerte de la variante delta. De todos modos, el gobierno israelí no tiene previsto dar marcha atrás, quizá regresen a la utilización de los barbijos.
Gran Bretaña
Aquel gobierno confirmó que el 19 de julio levantará las medidas de distanciamiento social, medida prevista para el 20 de junio, que debió ser postergada para analizar la evolución de la variante delta. En las islas británicas, las restricciones de ingreso son rigurosas e incluyen cuarentena de 14 días para quienes lleguen de “zonas rojas”.
Portugal
La nación lusitana restableció los toques de queda en lugares turísticos y duplicó en la última semana su tasa de vacunación, según refleja la información de Our World in Data.
Australia
La isla oceánica es una de las naciones que tuvo un buen sistema de rastreo de contactos. De todos modos, la nueva cepa provocó que el gobierno confinara a 25 millones de habitantes, al alcanzar los 200 contagios diarios.
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Argentina
La Argentina aplicó (al menos hasta ahora) la estrategia de una dosis y de la segunda dosis demorada. Esto provocó que el Ministerio de Salud y las provincias acordaran revertir esta tendencia, tomar firme el volante y pisar el acelerador, para completar el esquema de vacunación.
Especialistas que trabajan junto al gobierno porteño estimaron que habría una ventana de “unos 30 a 40 días” para implementar estos cambios, antes de que empiece a sentirse el rigor de “la variante Delta”.
Fuente: https://edicionimpresa.lanacion.com.ar/article/281526524041991