Buenas noticias desde la península de Corea

Buenas noticias desde la península de Corea

Los dos líderes anunciaron la intención de arribar a una pacificación entre las dos Coreas. Se confirma la intención de renunciar a las armas atómicas.

La mayor parte de la opinión pública ignora, o lo ha olvidado, pero el paralelo 38 que separa Corea del Sur de Corea del Norte, marca uno de los efectos de la Guerra Fría que sancionó la separación entre las dos Coreas y señala un armisticio que, en 1953, interrumpió unos de los conflictos más sangrientos del siglo XX, luego de cuatro años de guerra, que técnicamente no ha terminado.

Por tanto, que los dos países hayan anunciado su compromiso en cooperar para establecer una “paz permanente” en la península, y a abrir conversaciones con Estados Unidos para firmar un tratado de paz definitivo que sustituya al actual armisticio que rige entre Pyongyang y Seúl, es sin duda una buena noticia largamente esperada.

En efecto, la actual situación es una fuente de tensiones: con casi 30.000 efectivos estadounidenses acantonados en el Sur y dos países obligados a mantener las armas apuntando hacia el otro lado de la frontera. El Norte, por su parte, ha avanzado en el desarrollo de armas nucleares que son un factor de angustia no solo del otro lado del paralelo 38, sino también en el vecino Japón.

El plan nuclear ha incrementado el aislamiento del régimen norcoreano, hoy respaldado casi exclusivamente por China.

Por ello esta cumbre, inesperada hasta tan solo unos meses atrás, es una novedad que hace soñar en un futuro de paz. “El Norte y el Sur cooperarán activamente para establecer un sistema de paz permanente y estable en la península coreana”, señala la declaración conjunta firmada por el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, al término de la histórica cumbre celebrada en la frontera militarizada.

Los dos líderes acordaron buscar “la completa desnuclearización” de la península coreana. “Sur y Norte han confirmado su meta común de lograr una península libre de armas nucleares a través de la completa desnuclearización”, indicaron. En busca de normalizar las relaciones, también habrá una visita del líder sureño en el país del norte.

Los analistas todavía no creen por completo que eso esté sucediendo. Hasta hace unos meses, la polémica sobre el armamento nuclear norcoreano llegó hasta los insultos entre el líder asiático y el presidente de los Estados Unidos. Puede que los agobios económicos (también China participa de las sanciones internacionales) hayan tenido un peso decisivo. Kim Jong-un desea elevar la calidad de vida de su población, aunque sea para mejorar su propia imagen.

Si los pasos siguientes confirmarán estas premisas, estamos ante la perspectiva de que, en lugar de dedicarse a mirarse de reojo, los dos países podrán dedicarse al bienestar de sus ciudadanos, en especial los del Norte, quienes han padecido hambrunas y miserias, con una economía ahogada por las sanciones comerciales y el encierro de un régimen casi paranoico.

Se reduce para el mundo una fuente de tensión importante. Una perspectiva auspiciosa. Ya es tiempo de dedicar los mayores esfuerzos y recursos a combatir los embates del cambio climático, en lugar de seguir produciendo armas costosas que lejos de permitir el desarrollo, son fuente de destrucción.

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