¿Se pueden forjar relaciones entre personas que se enfrentaron en una guerra? ¿Puede haber ángeles que ayuden a reencontrar personas luego de décadas? ¿Será esta una tarea reservada para magos, adivinos o simples seres de a pie?
“A todo dices que sí/ A nada digo que no/Para poder construir/Esta tremenda armonía/Que pone viejo los corazones”, Pablo Milanés nos da pistas para que nuestros Años sean pródigos y fructíferos. Que bien nos vienen en esta Cuaresma, donde tenemos una única oportunidad de vivirla con “tiempo de sobra”.
Claro, si hasta podemos ver el oprobio de la guerra con la perspectiva de la distancia, y la cuarentena de los tiempos modernos. Pero, a Dios gracias, aún en medio de la atrocidad, el ser humano no pierde su condición. Pruebas al canto lo dieron las fuerzas británicas, que luego de triunfar en la guerra de Malvinas, tuvieron un trato mas que digno y humanitario para con nuestros compatriotas.
Existen infinidad de relatos sobre miles de soldados que regresaron a bordo del Canberra y desembarcaron en Puerto Madryn el sábado 19 de junio de 1982, dejando a la ciudad sin pan. Otra historia se urdió en las islas con los restos de los combatientes de ambos bandos, que merecían una digna sepultura. Para este menester, poco afable por cierto, fue convocado un militar que allá por 1982 trabajaba en el sector de logística del Ministerio de Defensa Británico en Londres. Su conocimiento del español sería decisivo, porque luego de la capitulación criolla, Geoffrey Cardozo fue enviado a las islas con una misión concreta: que regresaran sanos y salvos los británicos que habían combatido y proceder a identificar y enterrar a quienes habían dado su vida en el archipiélago. Geoffrey encaró su trabajo con mucho profesionalismo y al recorrer el escenario se topó con que había cadáveres diseminados por todas partes, y para colmo de males, en muchos casos, sin posibilidad de identificarlos. Cardozo fue la persona que se puso en los zapatos de los familiares, y realizó un trabajo encomiable de identificación, respeto y humanidad que permitió que en 2008 se encontrara la documentación con las personas adecuadas para devolverles la paz a muchas familias, y luego restituir los nombres de mas de 100 soldados solo conocidos por Dios.
Este magnífico documental tiene infinidad de actores: un coronel, veteranos de guerra, una periodista, un músico, un isleño, forenses y la Cruz Roja.