María Cecilia Perrín de Buide, Sierva de Dios.
El juez delegado, P. Dr. Marcelo Enrique Méndez y el promotor de justicia, P. Dr. Mateo Oreste Krupsky, han viajado a la ciudad de Bahía Blanca durante los días 9, 10 y 11 de junio, para mantener diversos encuentros con el objeto de revisar los trabajos que se están llevando a cabo en las distintas comisiones conformadas para llevar adelante la Causa de Beatificación de la Sierva de Dios María Cecilia Perrín de Buide.
Junto a las Notarias Alejandra Belfiore y Marta Alonso, y a la Vice Postuladora Olga María Kania, han evaluado la conformación de distintas carpetas conteniendo actas, transcripciones, testimonios, publicaciones, certificados, etc. Ha sido una oportunidad para avanzar sobre toda la documentación requerida y para evaluar el desarrollo de las tareas encomendadas. En distintas oportunidades, algunos participantes manifestaron sentir la presencia de Cecilia que alentaba a ir adelante en este hermoso camino de santidad colectiva junto a ella.
La presidente de la Comisión Histórica, Lucía Bracamonte, realizó una exposición detallada del trabajo realizado, la documentación original estudiada y la profundidad alcanzada en la investigación. Según las palabras del tribunal, todo el trabajo que ha realizado esta Comisión podría perfectamente compararse con el desarrollo de una tesis de Doctorado.
Por su parte, los censores teológicos Dra. Sonia Vargas y Eduardo Zaffaroni expusieron con detalle el estudio realizado sobre los escritos de Cecilia para certificar que en ellos no se contiene ninguna doctrina contraria a la fe y a las buenas costumbres.
En el mismo clima de profundidad, sintiéndose testigos privilegiados, al finalizar cada exposición, surgía espontáneamente un aplauso de todos los presentes, conmovidos por los detalles aportados y como expresión de alegría por los avances manifiestos.
Antes de partir, el tribunal encomendó finalizar con los detalles administrativos para que, el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Guillermo José Garlatti, en la última semana de agosto, pueda proceder al Cierre de la Fase Diocesana de esta causa y enviar toda la documentación a la Congregación para las Causas de los Santos en la Santa Sede.
¿Quién fue María Cecilia Perrín?
María Cecilia Perrín nació en Punta Alta (Provincia de Buenos Aires – Argentina) el 22 de febrero de 1957, hija de Angelita y Manolo Perrín. Fue bautizada en la parroquia de María Auxiliadora, el 27 de febrero de 1957, siendo la tercera de cinco hermanos: María Inés y Jorge, los mayores; Eduardo y Teresa, los menores.
El ámbito familiar en el cual se desenvuelve la vida de la joven Cecilia es de profundas raíces católicas. Familia abierta al Espíritu Santo, caló muy profundo en el seno de ésta la espiritualidad de Chiara Lubich. Fueron una de las primeras familias que adhirieron al Movimiento de los Focolares en Punta Alta y Cecilia una de las primeras gen.
El 20 de mayo de 1983, luego de dos años de noviazgo, Cecilia contrajo matrimonio con Luis Buide. En febrero de 1984, estando embarazada, se le diagnosticó cáncer. Tomó la firme decisión de aceptar la voluntad de Dios y se apoyó en cuatro pilares: su profunda Fe, su amor a “Jesús Abandonado”, el afecto de su esposo, familiares y amigos y la fuerza de la unidad con quienes compartía su ideal de vida.
El diagnóstico era irreversible. No obstante, había una gran alegría por la ilusión de la nueva vida que llegaría. Los médicos consideran realizar un “Aborto Terapéutico” para poder salvar la vida de Cecilia. Ella se niega rotundamente por su férrea convicción cristiana y sabiendo que era imposible su supervivencia luego de dar a luz; pronuncia su “Fiat” con serenidad y claridad al Señor. Ella escribe: “… Hoy le pude decir a Jesús que sí. Que creo en su amor más allá de todo y que todo es Amor de Él. Que me entrego a Él”. El 1 de marzo de 1985, María Cecilia Perrín de Buide falleció a la edad de 28 años.
Sus restos mortales descansan en la Mariápolis Lia en O´Higgins (Buenos Aires), por expreso pedido de ella, para que aquellos que la fueran a ver, encontraran un lugar de alegría y esperanza y no de muerte y desolación.
Su fama de santidad, su heroicidad en la entrega, su ejemplo de vida cristiana y muchas gracias que fueron escuchadas y concedidas, han hecho que se comience su causa de beatificación. El proceso diocesano se encuentra en una etapa avanzada. También para su padre, “Monolo” Perrín, fallecido algunos años después, se ha iniciado el proceso de beatificación.
Sobre su tumba se lee una frase de ella dirigida a Jesús: “Tus caminos son una locura, rompen mi humanidad, pero son los únicos que quiero recorrer”.
Fuente: SIF (Servicio de Informaciones Focolares)