Desde el 1º de julio, el balcánico país del sureste europeo, Montenegro, tendrá que empezar con los pagos del crédito de 1000 millones de dólares otorgado por China, por la construcción de una autopista de 170 kilómetros.
Esta es la primera autovía de Montenegro, pero sólo se construyeron 40 km. La construcción fue impulsada por el hombre fuerte de Montenegro, Milo Đukanović, que domina la política del país desde hace décadas.
Pese a que los estudios de viabilidad franceses y estadounidenses señalaron los riesgos del proyecto, y aún con la negativa del Banco Europeo de Inversiones y del FMI, asomó China y ofreció un préstamo de mil millones de dólares para el primer tramo.
Con la pandemia que aplastó la economía, el país balcánico carece de fondos. El contrato prevé que Montenegro comience a reembolsar a partir de julio de 2021, 66 millones de euros anuales durante 14 años.
Los peajes de autos y camiones no bastarán para financiar, ya que se necesitarían que pasen 12 millones de autos por año, cuando sólo transitan 1,5 millones de vehículos anualmente.
Montenegro, vive esencialmente del turismo. La deuda contraída con China para construir un tercio de la ruta representa el 25% de la deuda total del país. Hay cláusulas que figuran en el contrato, e indican que si Montenegro no paga, estará obligado a ceder algo a Pekín.
Se trata de uno de los contratos para construir una de las autopistas más caras del mundo: 26 millones de euros por kilómetro. Pese a esto, en el acuerdo reza que “las inversiones chinas en los Balcanes occidentales tienen como objetivo ayudar a los países de la región a adherir a la UE”.
Según Dritan Abazović, viceprimer ministro proeuropeo del gobierno montenegrino, el acuerdo prevé que China está en condiciones de exigir el reembolso inmediato del crédito en cualquier momento, o en su defecto, solicitar tierras o recursos naturales en compensación. Pekín exigió que todo litigio jurídico debe ser dirimido por un tribunal chino y, en caso de proceso, también será China quien juzgará.
Una carretera de 40 puentes, 90 túneles inconclusa, compromete seriamente la soberanía del país del sureste europeo, frente a un prestamista que es juez y parte.