Jeff Bezos anunció que Amazon usará un algoritmo para establecer los horarios de sus trabajadores y rotará a sus empleados para que utilicen distintos músculos en sus tareas.
El mundo del trabajo incluye algoritmos e inteligencia artificial en la organización de turnos y tareas, en la evaluación, en las decisiones de contratación, o en la prevención de riesgos laborales. El debate sobre el futuro laboral no se restringe a si habrá más o menos empleo.
El mayor impacto de la tecnología en el trabajo del siglo XXI es la fragmentación de las relaciones laborales, con tendencias como la externalización, que aceleró con la llegada de las plataformas digitales, que se extienden constantemente.
En este contexto, se han generado grandes retos: la carrera laboral se hace más difícil, se puede estar sujeto a un jefe que es un algoritmo…, y a su vez surgen muchas oportunidades, como las pocas barreras de entrada o la flexibilidad, resumida como “lo que quieras, cuando quieras y donde quieras”. Este modelo no tiene por qué ser sinónimo de trabajo precario.
Una norma recientemente sancionada en España, establece la obligación para todas las empresas de informar a los representantes de los trabajadores acerca de los parámetros en los que se basan los algoritmos que afectan la toma de decisiones laborales.
La nación europea es pionera mundial al respecto y abre la puerta a que los algoritmos entren en la negociación colectiva, en los convenios y en las relaciones entre sindicatos y empresarios. El secretario de Estado de Empleo español, Joaquín Perez Rey, pronostica que este modelo se generalizará como escenario de las negociaciones colectivas. Regular sobre estas herramientas tecnológicas, es una demanda de la Organización Internacional del Trabajo. La UE llama la atención sobre los riesgos que implican la utilización de algoritmos sobre ascensos, despidos o evaluaciones del personal.
“Los algoritmos son muy positivos para los empleados cuando están bien diseñados –dice Alfonso Díez, de DXC Technology–; su lógica ayuda, por ejemplo, a prevenir riesgos laborales”. Podría ser uno de los usos del caso de Amazon, pero advierte: “Hay que evitar cualquier uso perverso”.
Las empresas deben ser transparentes acerca del funcionamiento de los algoritmos y se deberá estar atento a que las decisiones eviten cualquier tipo de sesgo.
Fuentes: https://factorhuma.org/es/actualitat/recomendamos/libros/14924-el-trabajo-ya-no-es-lo-que-era
https://edicionimpresa.lanacion.com.ar/article/282110639468740