Son dos de los pilares en los que se apoyan las actividades de Impulso Social, organización que apunta a despertar la conciencia social en jóvenes mujeres de 15 a 25 años.
“La idea rondaba por la cabeza y el corazón de un grupo de jóvenes que queríamos comprometernos socialmente. Era febrero de 2013 y estábamos buscando la manera de concretar ese deseo. Pero la tragedia que sufrió la ciudad de La Plata con las inundaciones de abril de ese año fue lo que nos terminó de impulsar para poner manos a la obra”. Clara Fontan describe aquel episodio como un hecho fundacional de Impulso Social: “Veíamos la noticia por televisión y nos dijimos ‘es ahora’. Armamos un flyer, lo publicamos en las redes sociales y en pocas horas ya teníamos dos micros escolares llenos de jóvenes con un enorme nivel de compromiso con los más necesitados.”
A partir de aquel momento comenzó a tomar forma Impulso Social, que es fruto de las actividades que desde 1972 lleva adelante Iniciativas de Capacitación Integral para Emprendimientos de Desarrollo (ICIED) y que actualmente involucra a más de 3000 jóvenes voluntarias de entre 15 y 25 años de Buenos Aires, Rosario, Mendoza, Santa Fe, Salta, Córdoba, San Juan, Tucumán, Mar del Plata.
El motor para poner en marcha la organización “fue la madurez de aquel primer grupo de jóvenes que querían trabajar más profesionalmente ayudando a otros”, reconoce una de las coordinadoras de esta iniciativa inspirada en el espíritu del Opus Dei.
Una de las premisas de Impulso Social es combinar en cada actividad la acción y la reflexión, “es una manera de ayudar concretamente pero también yendo en profundidad sobre el sentido de lo que hacemos y cómo a cada joven le afectan internamente las realidades que encontramos. Buscamos que cada una alcance una coherencia entre lo que hace en cada actividad y cómo vive su vida cotidiana”, explica Verónica Gambaccini, coordinadora general de la organización.
Justamente por allí pasan algunos de los cincos valores que atraviesan cada una de las acciones de Impulso Social: Iniciativa, Compromiso, Coherencia, Empatía y Amistad.
Esos valores son los que intentan llevar a la práctica en cada sitio, donde además es clave el trabajo en red con otras organizaciones. Y Clara lo explica con sinceridad y gran humildad: “Quienes coordinamos Impulso Social no somos trabajadoras sociales pero hacemos trabajo social. ¿De qué manera podemos hacer bien este trabajo entonces? Nos involucramos con organizaciones que ya actúan en el lugar. Nosotros no tenemos la solución del problema que encontramos pero damos todo de nosotros. Y las organizaciones locales son las que aseguran la continuidad de las acciones. La clave está, como dice el papa Francisco, en ‘crear puentes que nos unan’”.
Por otra parte, es importante que cada organización que se vincula a Impulso Social avance con las formas de cada uno de los cinco proyectos que forman la estructura de ayuda en las comunidades, según las necesidades que haya a nivel local.
Por un lado está el Operativo Impulso, donde “proponemos jornadas de trabajo de campo en las que se busca dar respuesta a un problema o necesidad concreta de alguna comunidad. Las realizamos encoordinación con una organización local que dé continuidad a la intervención que realizamos con nuestras voluntarias”.
Otro de los proyectos es la Semana de Impulso, en la que “durante seis días diseñamos un workshop dirigido a adolescentes de 15 a 18 años. Buscamos generar una experiencia enriquecedora que combine actividades de acción y reflexión”.
En el caso de Alerta Social “generamos una respuesta rápida a problemas que surgen de manera imprevista y convocamos voluntarias para responder a esas situaciones de emergencia, como sucedió con las inundaciones en La Plata”.
En tanto, la Acción Permanente consiste en realizar “convenios con organizaciones que desarrollan actividades de voluntariado en barrios vulnerables, con frecuencia semanal. Contamos con distintas propuestas que contribuyan a que las voluntarias puedan lograr una formación profunda y duradera en el tiempo”.
Y por último, Impulso Creativo “busca generar a través de distintas disciplinas asociadas con el arte, un espacio que facilite la participación y la interacción entre las voluntarias y la comunidad en donde se trabaja, como puede ser la realización de murales. También estamos pensando en acciones a través de la música y el teatro. El arte derriba fronteras.”
Son innumerables los casos de jóvenes a quienes se les ha despertado una clara conciencia social, dándose cuenta de que para comprometerse con este tipo de causas es necesario “salir del propio mundo, conocer otras realidades y trabajar en equipo”.
Este verano puede ser una buena ocasión para tomar Impulso Social.
Más información en www.impulsosocial.org.ar
Artículo publicado en la edición Nº 616 de la revista Ciudad Nueva.