A 40 años de la conquista del US Open por parte de Guillermo Vilas.
Les proponemos calzarnos los cortitos y entrar a la cancha de tenis. Vamos al US Open de 1977, torneo al que Guillermo Vilas llegaba preclasificado en el 4° lugar. El argentino sabía que se jugaba la consideración de mejor tenista del mundo.
Eligió para concentrarse el Wetchester Hotel en Harrington, pueblito que estaba a 40′ de las canchas de arcilla de Forest Hills. Vilas solo dejaba el hotel, para ir a jugar sus partidos.
Así fue eliminando a Manolo Santana, Gene Mayer, destacado jugador de revés a dos manos, al potente sacador Vic Amaya, José Higueras, Ray Moore y en semifinales dio cuenta del paciente y pequeño Harold Solomon.
Durante la mañana del 11 de septiembre, Vilas no alteró su rutina. Corrió media hora, practicó 40′ bajo la guía del rumano Ion Tiriac. Almorzó, y luego en un Chevrolet Nova gris ambos partieron rumbo al estadio.
Las instrucciones de su entrenador fueron: “Jugale pegado a la línea para que Connors no te mande para atrás y no pierdas potencia. Recuperá siempre el centro porque si no te va a abrir mucho para los costados. Bajale la pelota por el medio, para que no pegue cuando se desplaza”.
Vilas arrancó con movimientos tardíos, Connors estaba errático, pero se sobrepuso y obtuvo un cómodo y vital primer set.
En el segundo, Vilas estableció la estrategia pautada y se llevó el set.
En el tercer set, el criollo empieza con pelotas cortas y luego passing shots impecables. Connors fuerza voleas, y desperdicia un triple set point. Allí el accionar de Vilas logrará que el set se defina en tie-break, donde nuestro compatriota sorprendería con tres aces y un ataque permanente. Fue el momento que marcó el punto de inflexión, para un título memorable: 2-6, 6-3, 7-6 y 6-0.
De este modo, Guillermo Vilas alcanzaba el triunfo más grande de su carrera, en una temporada inolvidable.