Una receta para el verano.
Para esta receta no usaré queso, con la idea de que no sea tan calórica en estos meses de verano, cuando la temperatura ya es elevada y necesitamos de platos más ligeros.
Para cuatro personas se usan dos puerros que lavaremos y picaremos finitos para sofritarlos en poco aceite y una cucharadita de mantequilla. Luego agregamos una taza de choclo congelado (si tiene fresco, mejor) y dos zanahorias grandes. Agreguemos sal y pimienta para que los ingredientes se vayan ablandando. Si hace falta, puede agregar unas cucharas de leche (sin lactosa) para que se siga cocinando todo. Como sabores, puede no agregar nada, o si lo prefiere algo de nuez moscada.
Mientras tanto, pondremos una masa de pascualina en una fuente bien untada de mantequilla y sobre la cual poner un poco de harina, para que la masa no se pegue. Con un tenedor, vaya perforando la masa y luego precaliente en el horno a 180 grados unos minutos, no más de cinco. Eso evitará que la masa abajo quede apelmazada y poco cocida.
Batir cuatro huevos intensamente, hasta que se pongan espumosos. Agregar una media taza de leche (puede ser sin lactosa ya que cada vez más la gente descubre que es intolerante) y batir un poco más. Luego, añadir los demás ingredientes que mientras tanto se habrán enfriado un poco. Verter todo en la fuente con la masa de pascualina y hornear durante 30 minutos. Controle si no será necesario apagar antes. Deje que al final el plato esté a temperatura ambiente.
No aconsejo comer caliente esta comida porque se pierde todos los sabores. Y acompáñelo con una fresca ensalada, con varios tipos de lechuga. Y ¿para beber? Una buena limonada fría, con algo de jengibre y manzanas verdes cortadas en trozos. Si es un día de calor, se lo agradecerán.
Queridos amigos de Ciudad Nueva, probé a realizar la receta de la quiche de puerros-choclo-zanahorias y salió un muy buen plato para la cena, agradable a la vista y muy apreciado por los comensales (¡todos de buen paladar!). ¡Gracias!