Manu Ginóbili tuvo su gran noche y San Antonio Spurs le rindió un emotivo homenaje a estadio lleno, junto a ex compañeros, amigos y su familia.
Es absurdo agregar palabras a lo que se vivió anoche en San Antonio. Y no hace falta entender a la perfección el inglés para comprender lo que significó ese momento en la vida de Manu Ginóbili, quien hace menos de un año se retiró del básquet profesional y ahora su equipo, el que lo vio brillar en esplendor durante 16 años, quitó la camiseta número 20 para siempre, colgándola en el sitio de los “elegidos”.
Sí, Manu se ha convertido en una leyenda del básquet. Lo dicen quienes siguen este deporte desde siempre. Lo afirma su entrenador referente, Gregg Popovich. Lo gritan a los cuatro vientos sus compañeros, de equipo y de selección. Todos coinciden en que su huella será indeleble, no sólo desde lo deportivo, sino desde lo humano. De hecho, los mayores reconocimientos en la noche de ayer estuvieron dirigidos al ser humano Emanuel Ginóbili, no sólo al jugador.
Y un párrafo aparte para las palabras de Manu, esta vez en castellano, hacia su familia. Sus padres, sus hijos y su esposa. Allí pueden encontrarse razones profundas de quién es Ginóbili.
Porpongo dejarse llevar con el video que muestra la ceremonia de ayer. No se detenga en el idioma si no lo entiende bien. Sumérjase en las emociones, en los gestos, en los cantos del público. Le aseguro que vale la pena. El mejor deportista argentino de todos los tiempos ha dicho adiós y tuvo su despedida a la altura de su brillante trayectoria.
