Motor que pone en marcha los corazones

Motor que pone en marcha los corazones

Editorial de la revista Ciudad Nueva del mes de diciembre.

“La fe mueve montañas”, reza el dicho popular, que puede encontrar su origen en la cita bíblica de Mateo, cuando hace referencia a las palabras de Jesús: “Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: ‘trasládate de aquí para allá’, y se trasladará. Para ustedes nada será imposible.”

De hecho, el término ‘fe’ proviene del hebreo emuná, que representa estabilidad, firmeza, confianza, seguridad, fidelidad, reino, realidad, veracidad, honradez, lealtad.

Y este “Creer en América latina” que proponemos desde estas páginas precisamente engloba esos valores, que no solo se atribuyen a quienes tienen una determinada creencia religiosa sino a todos los hombres de buena voluntad que, con sus propias convicciones y en su vida diaria, creen en la posibilidad de ser actores de una nueva humanidad.

Creer en estos valores es justamente lo que nos une y lo que se convierte en una fortaleza, capaz de superar las más profundas divisiones, no solo entre las personas sino también entre los pueblos.

“Creer en América latina” refiere sin dudas a la manera en que se vive la fe cristiana en nuestro continente y es allí donde asoman hitos claves en la historia de la Iglesia, como la II Conferencia General del Celam en Medellín, que recordamos en esta entrega a los 50 años de su realización. O bien, la huella que han dejado tantos hombres y mujeres, representados en esta ocasión en la figura de monseñor Romero, recientemente canonizado.

Pero este “Creer en América latina” también nos habla de la confianza que depositamos en esta región del mundo, capaz de sobreponerse a lo largo de su historia de un sinfín de injusticias fruto de la marcada desigualdad social de la que está impregnada.

Uno de los frutos de esta tierra es Francisco, el primer Papa latinoamericano, quien conoce a la perfección el latir de los pueblos de esta parte del globo. En su viaje apostólico a Perú, a comienzos de 2018, visitó Puerto Maldonado, en la región Madre de Dios y expresó: “Veo que han venido no solo de los rincones de esta Amazonia peruana, sino también de los Andes y de otros países vecinos. ¡Qué linda imagen de la Iglesia que no conoce fronteras y en la que todos los pueblos pueden encontrar un lugar! Cuánto necesitamos de estos momentos donde poder encontrarnos y, más allá de la procedencia, animarnos a generar una cultura del encuentro que nos renueva en la esperanza. (…) Ustedes tienen en María, no solo un testimonio a quien mirar, sino una Madre. (…) ¡Esta no es una tierra huérfana, es la tierra de la Madre! Y, si hay madre, hay hijos, hay familia y hay comunidad. Y donde hay madre, familia y comunidad, no podrán desaparecer los problemas, pero seguro que se encuentra la fuerza para enfrentarlos de una manera diferente”.

Son miles, millones, las personas que creen en esos valores que, más allá de provenir de una raíz cristiana, de otra religión, de creencias de pueblos originarios o de diferentes convicciones, son sin dudas el motor que pone en marcha los corazones para convencernos de que es posible vivir por una América latina unida.

Desde Ciudad Nueva les deseamos unas muy felices Fiestas, con el deseo de reencontrarnos el próximo año caminando juntos.

Nota: Editorial publicada en la edición Nº 604 de Ciudad Nueva.

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