La Justicia chilena condenó a los responsables de la muerte del ex presidente Frei

La Justicia chilena condenó a los responsables de la muerte del ex presidente Frei

En 1982 fue internado en un hospital donde falleció por una infección provocada intencionalmente. Eduardo Frei Montalva fue presidente entre 1964 y 1970.

La Justicia de Chile condenó en primera instancia a 10 años de presidio mayor en su grado mínimo al médico Patricio Silva Garín, como autor del homicidio del ex presidente Eduardo Frei Montalva quien falleció en 1982, durante la dictadura de Pinochet, mientras era atendido en un hospital de Santiago, momento en el cual hubo una infección que progresivamente agravó su estado de salud hasta el desenlace final.

El juez además condenó al chofer del ex mandatario e informante de la policía (CNI), Luis Becerra Arancibia y al agente civil de la CNI Raúl Lillo Gutiérrez a la pena efectiva de siete años de presidio mayor en su grado mínimo.

También fue sentenciado el médico Pedro Valdivia Soto a una pena efectiva de cinco años de presidio menor en su grado máximo por ser cómplice del crimen. Finalmente, fueron condenados los tanatólogos Helmar Rosenberg Gómez y Sergio González Bombardiere a tres años de presidio menor en su grado medio, en calidad de encubridores y que podrán cumplir mediante remisión condicional.

El fallo, además, cuestiona el rol del actual subsecretario de Redes Asistenciales, Luis Castillo, quien cuando se desempeñaba como director médico del Hospital Clínico de la Universidad Católica supo que restos del ex Presidente estaban en dicho recinto de salud, sin embargo, no notificó a la familia de ello y sólo ordenó esperar a que ésta solicitara los restos oficial o judicialmente.
El abogado Luciano Fouillioux, querellante en el caso Frei, sostuvo ante los micrófonos de radio Cooperativa que, si bien solo han “digerido” las conclusiones de la sentencia, por su extensión que supera las 800 páginas, “es un fallo extraordinariamente importante para la Justicia y para la democracia”. El profesional añadió que el encubrimiento posterior a este magnicidio era necesario, “porque la magnitud del hecho no se midió en su mérito, como no se midió en el caso del general Prats, del canciller Letelier o del atentado de Bernardo Leighton, etcétera. Fue una cultura de hacer las cosas, de autodefenderse”. Además, resaltó que este caso configura el primer magnicidio en Chile.

“Constituye un hecho inédito la configuración efectivamente de un magnicidio. Hoy, para la historia del país queda asentado que Frei Montalva fue asesinado. La vulneración del círculo íntimo del presidente, tanto por su chofer, o como por su ex subsecretario, más la conciliación de ellos con los agentes del Estado que participaron en esta operación, otros médicos, particularmente, y agentes informantes han permitido configurar la veracidad de los hechos”, añadió.

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