Algunos hábitos que la pandemia nos legó serían deseables de sostener en el tiempo.
Es el caso del lavado constante de manos, el descalzarse para ingresar a una casa, y la utilización habitual del barbijo. Estas son algunas de las costumbres que deberíamos sostener de aquí en más.
Pese a que las investigaciones científicas no encontraron evidencia del contagio de coronavirus a partir de tocar una superficie infectada, es importante reparar en la protección que logramos frente a bacterias y parásitos, en caso de mantener los elevados cuidados de higiene que son cotidianos.
Lautaro de Vedia y Leda Guzzi, infectólogos, eligen como hábito saludable, el lavado de manos. La destacan como “la piedra angular” del cuidado personal.
Guzzi apunta: “En las manos puede haber estafilococos, enterococos, vamos trasladando patógenos en las manos que pueden infectar heridas o generar enfermedades digestivas, entre otras”.
Acerca de ingresar sin zapatos a las viviendas, De Vedia señala: “En Holanda, Suecia y en algunos países de Asia acostumbran sacarse las zapatillas al entrar. En nuestro país hay cada vez más gente que lo empezó a hacer. Es muy útil para la higiene en general, sobre todo si hay chicos que tienen contacto con el suelo. En la materia fecal de los perros, que solemos pisar, puede haber todo tipo de parásitos o bacterias”.
El uso del barbijo cumple un rol importante para prevenir otras enfermedades respiratorias. “El barbijo tiene un rol de protección; en Asia se usa el barbijo cuando alguien tiene gripe, y previene de contagiar a otros”, agrega Leda.
Estos son algunos de los detalles que podremos canalizar a favor de la salud, en medio de estos tiempos adversos. Nada se pierde.