La Mesa de Unidad Democrática, considera que no están dadas las condiciones que garanticen comicios libres y transparentes.
Finalmente, la mayor coalición opositora de Venezuela, la Mesa de Unidad Democrática (MUD) – que reúne 18 organizaciones políticas, entre ellas los 4 principales partidos adversarios del chavismo -, no concurrirá a las elecciones generales convocadas por el Gobierno de Nicolás Maduro para el próximo 22 de abril.
Luego de semanas en las que se evidenciaron las divisiones internas que existen entre los partidos de oposición y la ausencia de un liderazgo capaz de encarnar las principales demandas contra el oficialismo, la MUD encontró una coincidencia sustancial en que no se dan las garantías esenciales que permitan la participación a comicios transparentes, vigilados por autoridades electorales que no estén actuando en beneficio del oficialismo.
La apuesta de Maduro es la de aprovechar esta ausencia para barrer por completo con la oposición, en contradicción con su disponibilidad al proceso de diálogo que tuvo varias sesiones en Santo Domingo y con una mediación internacional. De hecho, el mandatario ha hecho propia la jugada del número dos del régimen, Diosdado Cabello, de adelantar también las elecciones legislativas para la fecha de abril. Actualmente, la función legislativa ha sido asumida ilegítimamente por una Asamblea Nacional Constituyente, en la que no hay opositores que en lugar de encargarse de una nueva carta magna, se ha dedicado a neutralizar la Asamblea Nacional unicameral, en la que tiene mayoría la oposición. Maduro redobla la apuesta de ilegitimidad: “Propongo que se sumen las elecciones de los consejos legislativos y los consejos municipales”, dijo el presidente aprovechando las divisiones internas de la oposición y la decisión de no prestarse al fraude electoral, organizando prácticamente proscribiendo a los partidos más importantes con una serie de pretensiones legales cuyo objetivo era impedir precisamente su participación.
Los únicos contrincantes de Maduro, por ahora, no suscitan preocupaciones en filas oficialistas. Se presentará un pastor evangélico que más que antecedentes políticos presenta un verdadero prontuario penal: estaba involucrado en el escándalo de los Panama Papers en 2017 y en 2010 fue detenido por contrabando. Es posible que decida competir también Henri Falcón, ex gobernador del estado de Lara, que abandonó años atrás el chavismo, y es líder de una pequeña organización.
La oposición intentará un nuevo camino conformando un frente amplio que exija al Gobierno postergar las elecciones para la segunda mitad del año y asegurando la imparcialidad de las autoridades electorales. Es la única esperanza que queda de evitar que Maduro se haga con todo el poder posible, al menos formalmente, y que no se vuelva a la violencia que marcó los primeros meses del año pasado, con choques que provocaron 120 muertos.