La decisión del Consejo Permanente de la organización de convocar una reunión de cancilleres para tratar la crisis política venezolana sin el consentimiento de Caracas motivó la decisión del presidente Nicolás Maduro.
Para el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, dictar la orden de retirar el país de la Organización de los Estados Americanos (OEA) es un “paso gigante para romper con el intervencionismo imperial”. La decisión fue anunciada ayer por la canciller Delcy Rodríguez no bien se confirmó que el Consejo Permanente de la organización, en sesión extraordinaria, había decidido convocar una reunión de cancilleres para tratar la crisis política del país sudamericano sin la aprobación del Gobierno venezolano.
Son 19 los países que han votado a favor de la reunión que Caracas considera como una inadmisible intromisión en sus asuntos internos y ha acusado a México estar encabezando un proceso intervencionista desde el exterior. Todavía no se conoce la fecha y el lugar de la reunión que, en realidad, es parte del proceso de aplicación de la Carta Democrática, el mecanismo previsto en caso de que en un país miembro de la OEA se rompa el orden democrático.
Las últimas semanas de violencia que se están viviendo en Venezuela donde los incidentes entre manifestantes de la oposición y las fuerzas de seguridad han provocado 29 muertos en un país sumido en una profunda crisis económica, política y social. No han dado resultados concretos los intentos de mediar en la crisis, a los que ha participado un grupo de ex presidentes, la Unasur y la Santa Sede.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, ha informado en su momento acerca de la necesidad de aplicar la Carta Democrática luego de que el presidente Nicolás Maduro consiguiera impedir un referéndum revocatorio de su mandato, avalara la anulación de las funciones del Poder Legislativo determinada por el Poder Judicial y se cancelara la fecha de las elecciones locales. Eso ha determinado duras acusaciones contra su persona por parte de Maduro y de la ministra de Exteriores, al punto de señalar la cancillería de Uruguay, gobernado por una coalición de izquierda, como involucrada en una conspiración guiada por los Estados Unidos.
A fines de marzo, el Tribunal Supremo había dictado un fallo en el que su Sala Constitucional asumía las funciones del Legislativo mientras este poder siguiera en “desacato”, por no haber cumplido con algunas de sus disposiciones. La reacción internacional, y autorizadas voces internas del propio Poder Judicial, hicieron que el máximo tribunal dejara sin efecto su fallo.
Venezuela presentará una carta de denuncia contra la OEA para comenzar el proceso de salida del organismo que abarcará dos años, durante los cuales seguirá siendo miembro pleno. Sería la primera vez en la historia de la Organización que un país decida salir por su voluntad, con el antecedente más conocido de la suspensión, pero no voluntaria, de Cuba como país miembro, ocurrida en 1962. Para la ministra Rodríguez la situación es fruto de injerencias de un grupo de gobiernos que “solo buscan perturbar la estabilidad y la paz de nuestro país. Son acciones dirigidas por un grupo de países mercenarios de la política para coartar el derecho al futuro del pueblo de Venezuela”.
La resolución fue aprobada por 19 países, Argentina, Bahamas, Barbados, Brasil, Dominica, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guyana, Honduras, Jamaica, Guatemala, México, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay. De éstos, Honduras, Bahamas, Dominica, Guyana y Jamaica son miembros de Petrocaribe, el bloque que conforma un área en la que se aplican precios preferenciales en la venta de petróleo, del que Caracas es uno de los grandes productores.
Se estaría, por tanto, ante una merma del apoyo político al gobierno de Maduro que, con esta decisión, acepta el desafío de un mayor aislamiento internacional.
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