La ley que permite el consumo y el cultivo de la marihuana, bajo control del Estado, no autoriza la venta a extranjeros. Habrá monitoreo y controles.
Las autoridades de Uruguay son conscientes de que en Google es posible encontrar más de 400 mil resultados cuando se busca con palabras claves “tours” “cannabis” y “Uruguay”. Hay notas de enero de 2017 que cuentan cómo los turistas conseguían cigarrillos de marihuana en el único país del mundo que ha legalizado la venta del estupefaciente cosechado con el control del Estado. El diario argentino La Nación, publicó al respecto, que era posible acceder a la cata de marihuana en Punta del Este, al precio de 250 dólares. Los responsables del episodio fueron sancionados. Pero eso ha suscitado la voluntad del Ejecutivo de evitar que el país se transforme en una meta para consumidores extranjeros.
La ley ha querido evitar el turismo cannábico y solo habilita a los ciudadanos uruguayos para la compra. Con la temporada veraniega recién inaugurada, el Instituto de Regulación y Control del Cannabis (IRCCA) ya empezó a trabajar para que los visitantes –y quienes sacan rédito de ellos– no vuelvan a romper las reglas. La entidad lleva a cabo una campaña, con difusión en los medios y en redes sociales, recordando las normas de la ley al respecto.
El objetivo es evitar que Uruguay sea considerado un país donde es posible el consumo generalizado. La realidad es bastante diferente, puesto que la droga se vende solo en 11 farmacias de todo el país. Por tanto, se dispuso que seis inspectores del IRCCA estén monitoreando la venta de marihuana en todo el país. Las fiscalizaciones se concentrarán sobre todo en las zonas de los balnearios, que son las que reciben la gran parte de los turistas. El operativo será conducido conjuntamente con el Ministerio del Interior y con la fiscalía de Drogas.
Las inteligencias policiales permitieron encontrar los puntos en los que se fomentaba el consumo de marihuana entre turistas. Están previstas sanciones para los que violen la ley de hasta 67.000 dólares. A los clubes de consumidores que vendan droga a extranjeros se les podrá suspender la licencia y pueden incluso perder la habilitación de por vida.