Falleció este domingo a los 87 años. Su obra poética también ha alimentado el canto popular de artistas como Zitarrosa, Darnauchans, Viglietti, entre otros.
Falleció este domingo, a los 87 años, un exponente destacado de la poesía en Uruguay: Washington Benavides.
Nacido en 1930 en Tacuarembó, Benavides fue profesor de literatura en secundaria y Facultad de Humanidades de la Universidad de la República, ejerció como crítico literario y traductor del portugués.
En el principio de su carrera colaboró con la revista Asir, a la par que lanzaba su primer libro, Tata Vizcacha (1955), que causó bastante polémica en su pago. Sucesivamente, publicó obras como Los sueños de la razón (1967), Poemas de la ciega (1968), Hokusai (1975), Murciélagos(1981), Tía Cloniche (1990), Los restos del mamut (1995), El mirlo y la misa (2000), Los pies clavados (2000), Un viejo trovador (antología poética, 2004). También incursionó en la narrativa con Moscas de provincia (1995).
Benavides colaboró con varios referentes de la canción popular uruguaya, como el nunca olvidado Alfredo Zitarrosa, o figuras como Daniel Viglietti,
Eduardo Darnauchans, Héctor Numa Moraes, Carlos Benavides (su sobrino), el dúo cantor Los Olimareños, Washington Carrasco-Cristina Fernández, Larbanois-Carrero, Pablo Estramín, Jorge Galemire, Laura Canoura, entre otros.
En 1986 y 1991, fue galardonado con el Premio Bartolomé Hidalgo, uno de los más destacados de las letras nacionales. A su vez, fue promotor de escritores más jóvenes. Su libro más recordado es Milongas. Los versos de este libro fueron musicalizados por Zitarrosa, Viglietti, Numa Moraes, Darnauchans y Los Eduardos (Eduardo Lagos y Eduardo Larbanois).