Juegos Olímpicos – A pesar de la reprogramación de la cita en Tokio para el próximo año a causa de la pandemia, los atletas argentinos se esfuerzan y entrenan para perseguir el sueño olímpico.
Reinventarse, barajar, dar de nuevo. Y seguir entrenando. A ese desafío se enfrentaron los atletas olímpicos clasificados para Berlín 1916, en aquella primera vez que se suspendieron los Juegos. La edición de 1940, con sede en Tokio, corrió la misma suerte. Londres, en 1944 también, cancelada. Las tres citas olímpicas fueron dadas de baja por conflictos bélicos que involucraban al mundo entero. Ahora, los libros de historia tendrán que sumar Tokio 2020, que fue pospuesto para 2021 y obligó a la mayoría de los deportistas a modificar su calendario no solo porque el evento se corrió, sino porque sus entrenamientos también se interrumpieron: la cuarentena que se instaló en muchos países como medida sanitaria para frenar el covid-19 los obligó a ser creativos e intentar no perder ritmo en la intimidad de sus casas.
En Argentina, nuestros representantes se encontraron con la dificultad de estar obligados a cortar con todo tipo de entrenamiento casi al mismo tiempo en que el Comité Olímpico Internacional suspendía de manera oficial los Juegos. Si bien ya están habilitados desde mediados de agosto para volver a la actividad, el tiempo corre. Y corrió, mientras ellos estaban en cuarentena. Algunos lo supieron sobrellevar un tanto mejor, a otros se les hizo más cuesta arriba. En lo que no difieren, eso sí, es en la esperanza y la expectativa que continúa depositada en la máxima cita olímpica.
“Creo que lo más complicado fue tener que entrenar sola y no contar con la motivación debido a la cancelación de los torneos”, le cuenta a Ciudad Nueva Martina Dominici, que tiene la única plaza nacional en gimnasia artística. Si miramos hacia atrás, el 2020 fue muy particular para ella porque, desde 2013 y de manera ininterrumpida, venía compitiendo todos los años. Era a lo que estaba acostumbrada. Su crecimiento deportivo se basó en ello y pensando en los Juegos (su debut olímpico) necesitaba una gran preparación. “Fue una situación difícil el hecho de la cancelación de Tokio, ya que teníamos toda la emoción, los nervios y, además, los viajes planificados”, dice la joven de Buenos Aires.
No es fácil para el atleta no poder entrenarse. Hablamos de alguien que está acostumbrado a llevar una rutina intensa, que es la que le permite mantenerse en las marcas y los objetivos que va logrando, además de lo necesario que resulta para conseguir plazas clasificatorias a distintas competencias. Agustín Vernice, que representará al país en la disciplina de canotaje, nos explica: “Es muy difícil estar parado porque los deportistas estamos acostumbrados a dar el máximo, y eso significa trabajar al ciento por ciento todos los días. No poder hacerlo te genera sobre todo una sensación de impotencia porque no querés dar ventaja, más cuando en otros lugares ya están entrenando”. El de Olavarría, bicampeón panamericano, tuvo que lidiar además con otro aspecto inesperado: se contagió de coronavirus. Así y todo, con su alma de competidor, no dejó caerse demasiado: “Cuando transcurrieron las cosas me predispuse a que había que adaptarse y sacar lo mejor de la situación en la que estaba. Con ese plan, pude hacer que cada día cuente y no hundirme en el bajón de no haber cumplido el objetivo para 2020”, sostiene el joven que, mientras duró la cuarentena, se mantuvo siempre activo y nunca dejó de entrenar, “lo que dio sus frutos porque a la hora de volver a la actividad, no tuve que arrancar desde cero”.
Sin embargo, no es sencillo mantener ese ritmo. O al menos también depende de cada deporte o disciplina. Federico Fernández, jugador del conjunto nacional de handball y uno de sus goleadores, le cuenta a Ciudad Nueva que ellos comenzaron entrenándose doble turno todos los días y de la mejor manera, pero que, cuando se iba a haciendo cada vez más lejano el momento de volver, su motivación personal fue bajando. “Para lo que es el handball, lo que cada uno terminaba haciendo en su casa era casi nada. Apenas una mantención de los músculos y articulaciones, porque no teníamos la cancha para entrenar o los arcos para tirar”, argumenta.
Previo a la pandemia, los Gladiadores venían jugando en un gran nivel y en enero se habían consagrado campeones del Torneo Centro-Sudamericano en Brasil, derrotando nada menos que al local y generando grandes expectativas para los JJ.OO. Así que ahora el desafío es, para Federico, recuperar ese nivel y volver a sentirse como estaban. Sabe que será difícil porque recién están empezando a entrenar nuevamente dentro de la cancha y por eso entiende que deben ir de a poco, paso a paso. Aun así, ve un costado positivo. “Dado el contexto de hoy, termina siendo mejor. Porque vamos a ir al Mundial (a disputarse en Egipto durante enero próximo) a enfrentarnos a países contra los que cinco meses después jugaremos de vuelta en Tokio”, expresa.
Contratiempos los hubo y aún los hay. Es cierto. Pero también es cierto que los atletas olímpicos continúan forjando su temple, ese que forma parte de la esencia misma de un atleta y que los ayuda a reinventarse en medio de una situación inédita para el planeta entero. Aunque falten certezas, la postergación de los Juegos implica incertidumbre pero también significa más tiempo para entrenar, para superarse, para ser mejores. Martina Dominici le saca provecho agregándole dificultad a sus series y así llegar a Tokio mejor parada. “Estoy mirándole el lado positivo. Todavía tenemos la esperanza de que se puedan realizar y poder cumplir el sueño de estar ahí”, dice.
El remero Vernice, aunque tuvo altibajos, no pierde la ilusión. “Mi objetivo en Tokio es el mismo. El camino será más largo pero el objetivo no cambia. Es una oportunidad única que no quiero desperdiciar. Por eso continúo intentando sacar día a día la mejor versión de mí”, asegura.
Por su parte, aunque se vean a contrarreloj, los Gladiadores no tienen lejos el torneo de enero que ganaron invictos, ni la histórica Plata de los Panamericanos del año pasado. Van con paciencia. “En eso estamos, preparándonos”, señala Fernández con tranquilidad. Entiende que no va a ser fácil, pero también confía en la parada previa a los Juegos que harán en el Mundial y que les servirá para ver en qué nivel se encuentran.
En el calendario de los deportistas hay viaje pautado para 2021 con destino al continente asiático. Ciertamente es una incógnita, ya que existe la probabilidad de que la cita olímpica se vuelva a suspender. Mientras tanto, la llama interior continúa ardiendo en cada atleta y el espíritu olímpico sigue trabajando. Reinventarse, barajar, dar de nuevo.
Artículo publicado en la edición Nº 624 de la revista Ciudad Nueva