Una Iglesia más globalizada

Una Iglesia más globalizada

De los nuevos 13 cardenales nombrados por el Papa, sólo tres son europeos, otros tres son estadounidenses, hay dos africanos, tres latinoamericanos y dos asiáticos.

Es múltiple el mensaje que sugiere el nombramiento de 13 nuevos cardenales realizado por el Papa Francisco.

Ante todo, queda claro que la intención es la de vincular más Roma con “las Iglesias particulares repartidas por el mundo”, como ha especificado el mismo Papa.

Los 13 purpurados provienen de 11 países de los cinco continentes. Tres son europeos, el actual arzobispo de Madrid y el arzobispo de Bruselas, y sólo un italiano, Mario Zenari. Este último, se desempeña como nuncio apostólico en, utilizando la expresión del propio Bergoglio, “la amada y martirizada Siria” y seguirá en su delicada misión diplomática. Otros tres son estadounidenses, otros tres son latinoamericanos (México, Brasil y Venezuela), dos son africanos (República Centroafricana e islas Mauricio), y dos son asiáticos (Bangladesh y Papúa Nueva Guinea).

Siendo menores de 80 años, los nuevos cardenales están en condiciones de participar de una eventual elección de un nuevo Papa. Bergoglio, sin embargo, ha nombrado a otros cuatro cardenales que tienen más de esa edad, en reconocimiento de su entrega a la Iglesia. Entre ellos se destaca Ernest Simoni, sacerdote albanés quien vivió 28 años encarcelado por el régimen comunista de su país. Simoni también sufrió torturas.

Otro significado de estos nombramientos es una mayor independencia (o una menor influencia) de la Curia romana, donde el Papa ha puesto en marcha profundas cuan resistidas reformas. Bergoglio ha remarcado en más de una oportunidad el rol de servicio en beneficio de toda la Iglesia de los miembros de la Curia, más que el ejercicio de un poder. A su vez, cobran importancia de este modo esas periferias a las que reiteradamente el Papa ha invitado a tener presente para establecer la acción de una Iglesia cuyo centro, paradójicamente, son precisamente las periferias.

¿Por qué tanto énfasis en la representatividad de realidades tan lejanas? En estos mundos periféricos vive esa gran parte de la humanidad para la cual el Papa invita a trabajar. La presencia de sus representantes en el gobierno de la Iglesia es clave precisamente para incluir diferentes sensibilidades y construir un espíritu eclesial no condicionado por una determinada cultura, la de Occidente.

Los nombramientos del Papa, de alguna manera, prepara la catolicidad para que pueda vivir en una realidad globalizada también en el plano eclesial, al servicio de los pueblos más postergados y los pobres, destinatarios privilegiados del mensaje evangélico.

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