El submarino ARA San Juan lleva seis días incomunicado y las tareas de rastrillaje son contrarreloj.
Seis días han transcurrido desde el último contacto del submarino ARA San Juan y la búsqueda se ha tornado desesperante y contrarreloj, ya que los 44 tripulantes estarían llegando al límite del tiempo que pueden estar en las profundidades del océano.
A este punto, los esfuerzos de la Armada argentina no han sido suficientes y por eso se ha recurrido a una masiva colaboración internacional, fundamentalmente de Gran Bretaña y Estados Unidos, países equipados con tecnología y personal especializado para este tipo de rescates. Por eso vale destacar esa solidaridad entre naciones, vital para acelerar y mejorar una tarea que se hace larga y que a medida que pasan las horas aumenta la angustia de los familiares.
El capitán de fragata Víctor Hugo Duga, trabaja junto a profesionales que contienen a los parientes de los integrantes de la tripulación en el puerto de Mar del Plata, a donde debería haber regresado el submarino entre el domingo a la noche y el lunes por la mañana, y aseguró a radio La Red que se han vivido tres instancias que han incrementado la desesperación. Por un lado, cuando se esfumó la esperanza de que, a pesar de la falta de comunicación con la nave, la misma arribara en el plazo programado. Por otro, cuando se dieron a conocer señales que finalmente no provenían del ARA San Juan. Y por último, cuando se detectaron sonidos que luego se comprobaron que tampoco provenían del submarino. La incertidumbre, así, crece minuto a minuto.
La búsqueda se ha tornado en una causa no solo nacional sino internacional. Se trata de 44 vidas desaparecidas en las profundidades del océano, una noticia que ya está recorriendo el mundo y que mantiene en vilo a un país. Por eso no hay más que dejar actuar y acompañar con respeto esta angustiante espera.