En todas las hipótesis de primera vuelta, el ex presidente triunfaría con amplio margen. En segunda vuelta, solo Marina Silva conseguiría un empate. Ambos son cofundadores del PT.
En todas las hipótesis consideradas por la encuesta realizada por Datafolha, el ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva ganaría las próximas elecciones con amplia mayoría.
Lo reveló este lunes el instituto Datafolha en una nueva encuesta sobre la intención del voto para las elecciones presidenciales a celebrarse el próximo año en Brasil. Según los resultados el expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva del Partido de los Trabajadores (PT), y pese a los casos judiciales en los que está siendo investigado, lidera las encuestas con un 30 por ciento de las preferencias, bastante lejos de sus rivales más cercanos.
El diputado federal Jair Bolsonaro del Partido Social Cristiano (PSC) se situó en el segundo lugar del sondeo. En diciembre de 2016 Bolsonaro contaba con una intención de voto del 8 por ciento según los encuestados, en abril ya alcanzaba el 14 por ciento y en la más reciente encuesta alcanzó 16 por ciento.
En el tercer lugar se encuentra Marina Silva de Rede, recogiendo un 15 por ciento de la intención de voto, por debajo de su caudal de votos, ubicado entre el 18 y el 20% del electorado. Le sigue el ex-ministro Joaquim Barbosa con 11 por ciento de las intenciones de voto.
El quinto lugar de la encuesta lo ocuparía el candidato del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) que estaría entre Geraldo Alckmin o João Dória con un 8 por ciento, quedando el resto de los aspirante con un 2% cada uno.
Las encuestas se realizaron en varios posibles escenarios ya que algunos partidos no ha hecho oficial quienes serían sus representantes en los venideros comicios presidenciales.
En todas los escenarios expuestos por Datafolha y de ser el candidato del PT, Luiz Inácio Lula da Silva ganaría las elecciones, por lo menos en la primera vuelta ya que ningún aspirante cuenta con la mayoría absoluta.
En las simulaciones para una segunda vuelta, Lula le ganaría a Alckmin (45 a 32%), a Doria (45 a 34) y a Bolsonaro (45 a 32). Sin embargo, empataría con Marina Silva (40 a 40), de acuerdo con el sondeo. En una eventual disputa entre Marina Silva y Bolsonaro, la ex-ministra y ambientalista líder de Rede vencería por 49 a 27%.
Si el arraigo popular del ex presidente es todavía fuerte, siendo además reconocida su habilidad política, los escándalos por corrupción lo han afectado, al menos desde el punto de vista de haber tolerado demasiado que ésta se practicara incluso en el PT. En cambio, Marina Silva (quien con Lula es cofundadora del PT), sigue ofreciendo la imagen de luchadora impoluta, aunque a menudo acusada de poca cintura política o de poca experiencia en la gestión. Acaso, la ambientalista paga el precio de una intransigencia que cuando baja la guardia se encuentra con casos como el Lava Jato. Quizás, haría falta una figura intransigente en el poder.
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Fue tan grotesco el golpe de estado en Brasil y tan evidente de quienes están detrás de esta maquiavélica operación, de inocultable sesgo neoliberal salvaje, que no cabía esperarse otro pronostico. Las acciones posteriores a la destitución de Dilma fueron tan obvias, dirigidas despiadadamente a la yugular de los derechos sociales, que los centros transnacionales de poder económico y las potencias políticas quedaron al desnudo frente a la sociedad entera. Son unos torpes, hambrientos de poder y sedientos de avaricia, con una clara intención de desarticular la región para impedir que remonte tecnológica, política, culturalmente y socialmente como un competidor que debe ser respetado. Se intenta restablecer un sistema esclavista explícito sin sonrojos ni disimulos; a contrapelo del devenir histórico; manifestando lo más execrable de la condición humana. Temer (el lovie que lo controla) intento sacar las fuerzas armadas a la calle para reprimir la protesta social en un gesto de torpeza monumental, sin margen de maniobra ni excusa admisible. La región entera juega una batalla que exige como salida ineludible la articulación de los estados del sur.
Juan Andrés, las heridas abiertas de nuestro continente que necesitan ser sanadas en el sueño de integrar los pueblos latinoamericanos, me parece que necesita del protagonismo ciudadano en el bien común.
Un nuevo trabajo me permitió conocer la posibilidad de recrear novedades en experiencias de fraternidad en asociaciones civiles.
Un nuevo camino de compromiso social que me parece permite crecer a muchos en encontrar respuestas desde la praxis solidaria transformando la realidad en un nuevo humus de civilidad.