Un nuevo sendero

Un nuevo sendero

Editorial de la revista Ciudad Nueva del mes de noviembre que aborda el tema del futuro.

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar.” Las siempre vigentes palabras de Eduardo Galeano resuenan con fuerza. Ese mundo mejor que todos los hombres y mujeres de buena voluntad deseamos construir está siempre visible en nuestro horizonte y representa la motivación más poderosa para seguir andando.

En este sentido, podemos reconocernos todos peregrinos de un mismo sendero, que se va abriendo paso con cada una de nuestras huellas. Cada pisada lleva una impronta particular, única e irrepetible, aunque juntas son capaces de trazar la senda hacia aquella meta colectiva.

En ese caminar, con un ojo en la tierra y el otro en lo alto, convivimos en un presente que en algún momento fue futuro para quienes nos precedieron, aunque no hayan logrado dejar el legado que seguramente ansiaban: un mejor estado del planeta, armonía en las relaciones sociales, mayor equidad, etc. Mientras transitamos este presente podemos recriminar lo no hecho por nuestros antecesores o bien ser misericordiosos, aprender de los errores y regar y resembrar aquellos sectores que veamos áridos. Allí donde hoy percibimos rasgos grises y con dejos de oscuridad, con falta de vida, tenemos la oportunidad de colorearlos e iluminar con nuestras propias acciones. Pero también disponemos de muchísimos frutos de quienes dieron su vida tiempo atrás, por los cuales damos gracias y nos ayudan a fortalecer nuestro espíritu, que tantas veces necesita creer aun cuando el porvenir sea incierto. 

El futuro que construimos hoy es un proceso que lleva tiempo, pero que se nutre de cada instante vivido y cada lugar habitado en el presente. De nosotros depende que quienes vienen detrás disfruten del paisaje y de todas las personas que encuentren en su caminar. Las relaciones, la educación, la política, la economía, el trabajo, la religión, el medio ambiente, cada porción de humanidad de mañana precisa que hoy nos entreguemos por completo, aun con el riesgo de equivocarnos, perdonándonos y perdonando, observando con firmeza y esperanza aquel horizonte que se mueve, una y otra vez, como una invitación a no detenernos en nuestro caminar hacia la fraternidad universal.

Artículo publicado en la edición Nº 614 de la revista Ciudad Nueva.

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