El último de la tabla no tuvo problemas para ganar por 1 a 0, gracias a un penal. La roja sin ideas, sin juego y sin goles.
De los últimos seis puntos jugados en la clasificatoria para Rusia, Chile no obtuvo ni uno. Para peor, no metió ningún gol y recibió cuatro.
El partido del que salió derrotado anoche en La Paz es otro para el olvido. Basta con decir que, en desventaja de un gol, durante todo el segundo tiempo, los dos o tres remates de lejos efectuados jamás acertaron el arco, ni Chile fue una preocupación para el equipo boliviano ya virtualmente excluido del próximo Mundial y que en ningún momento pareció demostrar que mereciera más.
Bolivia ganó por la mínima gracias a un penal por una mano de más, fruto de una ingenuidad chilena. La roja dominó la pelota la mayor parte del tiempo, pero evidenciando su gran problema: no saber qué hacer desde la mitad de la cancha adversaria para arriba. Los centrales se pasan una y otra vez la pelota, sin lograr penetrar la defensa y sin ni siquiera atreverse a cruzarla del lado opuesto, lo que hace previsible el juego chileno, con centros fácilmente neutralizables.
Algo tendrá que hacer el DT Juan Antonio Pizzi para devolver brillo a un equipo que, de ser acaso una de las mayores novedades del fútbol latinoamericano más reciente, se está desinflando comprometiendo peligrosamente sus chances de viajar a Rusia.