La máquina del tiempo nos remonta a un lejano e inolvidable 30 de octubre de 1983, cuando el pueblo quería votar, y muchos lo haríamos por vez primera.
El Dr. Raúl Alfonsín se impondría en las urnas, sin necesidad de ninguna segunda vuelta, dando una alegría inmensa por el inminente retorno a la vida democrática.
No fue un camino de rosas, sino de obstáculos de diverso tenor: fuerzas armadas al acecho, sindicatos que marcharon y pararon infinidad de veces.
Y en el medio, la gente de a pie, una sociedad con ganas de crecer, nuevamente partida por la lógica binaria: con o contra.
Alfonsín, un titán de la vida democrática, con un reconocimiento algo tardío. Un presidente que cerró una etapa compleja y oscura.
34 años más tarde, con 24 votaciones nacionales encima, todavía subvaloramos el valor del sufragio. Una batalla por seguir librando.
Será por eso que este mediodía también se juntarán los titulares de los ejecutivos provinciales con el nacional, y habrá un mensaje del presidente.
Discutamos todo lo que nos parezca, pero con un firme apego a la ley y a la diversidad de opiniones, todo esto para fortalecer nuestra aún incipiente democracia.