Si bien la manera de preparar un guiso de lentejas suele ser muy personal, aquí va una ayuda por demás tentadora.
Ricas en nutrientes, proteínas y minerales, según los expertos en alimentación las legumbres deberían aparecer dos o tres veces por semana en nuestra mesa. Ayudaría eso a reducir la cantidad de proteínas animales que se ingieren, quizás, en demasía. Aprovechando que han aparecido los primeros fríos intensos del invierno, hoy queremos sugerir un buen (y calentito) plato de lentejas guisadas que alegrará a toda la familia.
Seguramente, muchas personas acostumbradas a cocinar tendrán su sabrosa receta y sus secretos para cautivar el paladar de sus familiares. La cocina suele caracterizarse por secretos que dan un timbre especial a nuestros platos. No por nada, se trata del tipo de plato que nos recuerda a nuestras abuelas o tías y nos reconecta con nuestra infancia. Pero, como queremos ser una ayuda más bien para quienes no tienen facilidad en el uso de las ollas y que desean aprender, por lo que la receta será bastante simple. Con el tiempo y la práctica, cada uno podrá aportar su toque. Mientras tanto, nos familiarizamos con nuestras ollas, cuyo espesor, alto, material y forma también influirán en nuestros platos. En efecto, un guiso de lenteja difícilmente resultará exitoso si lo preparamos en una sartén. El espesor del fondo de la olla determinará tiempos de cocción, distribución del calor y podrá facilitar, por ejemplo, que el guiso se queme si usamos una llama demasiado intensa. Los novatos en la cocina se asombrarán, pero utilizar, por ejemplo, unas buenas ollas de barro le confiere a los platos un sabor muy diferente. De ahí la necesidad de familiarizarnos con las herramientas a nuestra disposición.
Para este caso necesitamos una olla suficientemente grande y más bien alta (lo ideal es que sea de barro). En un par de litros de agua fría colocaremos unos 400 gr de lentejas para 4 personas. La lentejas hoy no necesitan de mucho tiempo de cocción (ante había que remojarlas unas horas antes). Las ponemos a hervir cuidando de no tapar la olla porque el almidón provocará una espuma y en ese caso podría desbordar y derramarse sobre el plano de cocción. Agregamos un diente de ajo cortado en mitades, una ramita chica (6-7 cm) de romero y una de orégano fresco, una pizca de sal y dejemos que se cocinen. Mientras tanto, preparamos en una sartén, un sofrito con base en 250 gramos de tocino picado, cuando haya comenzado a soltar algo de su grasita, agreguemos (todo picado), medio morrón (se puede usar verde, amarillo o rojo o, todavía mejor, una mezcla de los tres), una zanahoria grande. Cuando las verduras se habrán ablandado, si tenemos a mano un poco de vino (tinto o blanco) le agregaremos medio vaso al compuesto para dar sabor. Dejemos evaporar bien el alcohol y agreguemos un tomate y medio picado. Una vez que las lentejas estarán casi cocidas, agregamos medio kg de zapallo (o calabaza o cabutiá) cortado en dados y un cubito de caldo de verdura. Si hiciera falta, se podrá agregar más agua, pero bien caliente para no perder el estado de hervor. A este punto podremos unir a la olla la salsita que hemos preparado y así completar la cocción. El zapallo al cocinarse ayudará a dar espesor al caldo al deshacerse, además de su sabor. Dejemos completar la cocción y apaguemos antes de que las lentejas se deshagan. El plato está listo pero podemos enriquecerlo todavía más picando un buen puñado de perejil junto con un diente de ajo y lo agregamos al guiso con un buen chorro de aceite de oliva. Controlen que no haga falta algo más de sal y dejemos reposar cinco minutos, de modo que el calor del guiso cocine el ajo y se consolide el sabor.
En algunos países, por ejemplo Chile, se prefiere agregar algo de arroz. No mucho, digamos 100 gr para cuatro personas. En lo personal, sugiero en todo caso prepararlo aparte y si los invitados lo desean se lo servirán. Sugiero, además, acompañar el plato con un vino tinto.
He optado por el tocino, cuando muchos prefieren utilizar longaniza, chorizo colorado o hasta vienesas. Son opciones posibles. Sugiero probar y luego elegir la fórmula que permita disfrutar de todos los sabores, sin que algunos tapen demasiado los otros. Buen provecho.