Un año pandémico

Un año pandémico

El 2020 arrancó con un virus que puso a la humanidad contra las cuerdas. No en vano estuvimos encuarentenados desde marzo hasta fin de año bajo diversas denominaciones. Primero fue aislamiento, luego distanciamiento. La cosa es que no somos los mismos. El objetivo es aprender qué nos dice la vida misma, cuestión que siempre cuesta y merece una mirada conjunta.

El virus da cuenta de cierto comportamiento extraño/anómalo que tenemos dentro de la humanidad. De eso no hay dudas. Muchos esperando que arribe una vacuna eficaz y, en el mientras tanto, debemos seguir andando y recuperar el control de nuestras vidas.

En nuestra bendita Argentina eso cuesta aún más. Ya no hablamos de la “nueva normalidad”. Ciertas cuestiones quedan resonando en nuestro interior, y nos preguntamos: ¿ficción o realidad? La cosa es que esta última supera a la anterior. Quizá por eso haya tanto auge en la carrera de guionistas, quienes deben salir a captar lo que sucede y en base a eso, elaborar historias.

El 20 de marzo de 2020 arrancó la cuarentena en todo el territorio de la Argentina, para luego ir obteniendo diversas denominaciones según el avance del virus. De todos modos, seguimos atentos a las medidas a respetar para cuidar la vida de todos: la propia, y las de la comunidad. Sin embargo, en medio de este contexto pandémico, el PEN remitió al Congreso de la Nación un proyecto que denominó “Interrupción Voluntaria del Embarazo”, que no es ni más ni menos, que el proyecto de ley de aborto.
En fin, IVE puede pasar inadvertido, pero esta manía de no llamar a las cosas por su nombre no es algo nuevo. El citado proyecto refiere al IVE y a la “Atención postaborto”.

En el portal del Congreso, se habilitó un “micrositio” – https://app.hcdn.gob.ar/aplicaciones/ive/ para resumir información para la sociedad en general. Cuestión que ejercitamos muy poco como ciudadanos, en lo relativo al acceso a las fuentes primarias. ¡Claro hay que leer, y mucho!, por eso resulta más cómodo acudir a los diarios y declaraciones. Sea como fuere, el contexto del eclipsado y pandémico 2020 no era el mejor para este tipo de propuesta, que fue la remitida por el Ejecutivo. 

¿Es algo nuevo?

Ciertamente no, y parece que hay que machacar con ciertas cuestiones, como esta del aborto, que esencialmente atenta contra la vida de los sin voz, la de los nonatos que habitan fecundos vientres. Excede la cuestión religiosa o el ámbito moral. Es un verdadero tema de Derechos Humanos, con escaso y nulo respaldo institucional. Otra curiosidad de estos tiempos “pseudo progresistas”, llenos de garantías para algunos y nulas para los ‘grandes diminutos’, que tienen voz, pero carecen de voto…

Entiendo todos los temas merecen ser tratados, como el caso del aborto. En el citado “micrositio” del Congreso, leemos:

“EL PRIMER PROYECTO DE LEY PARA LA DESPENALIZACIÓN Y LA LEGALIZACIÓN INGRESÓ AL PARLAMENTO EN 2007 Y SE REITERÓ EN 2010, 2012, 2014, 2016, 2018 Y 2019″.

La escultura de Rodin invita a imaginar qué sucederá en la sesión del 29 de diciembre en la Cámara de Senadores de la Nación.


Como si esto fuera poco, el 17 de noviembre pasado, en plena pandemia,  el PEN giró al Congreso un proyecto sobre el aborto, para ser tratado por octava vez en un lapso de 13 años. Vaya, vaya, en medio de la búsqueda de vacunas y en plena pandemia, se remite un tema para acabar con la vida. Para lograr su tratamiento no tuvo empacho en extender el período de sesiones ordinarias. 

La Cámara Baja aprobó el proyecto el pasado 11 de diciembre, con 131 votos a favor, 117 en contra y 6 abstenciones. 

No es un mero trámite. El Pueblo y sus Representantes se han expedido no en una, sino en múltiples oportunidades.

Que la Navidad ilumine a toda la ciudadanía, y en particular a los integrantes de la Cámara de Senadores de la Nación, quienes sesionarán el martes 29 de diciembre para tratar el proyecto del aborto, que cuenta con media sanción de la Cámara Baja.

Para que de una vez por todas defendamos la vida, tanto en pandemia, como fuera de ella. En las buenas y en las malas, en vez de “forzar dictámenes favorables” a cualquier precio, hasta el de la vida misma.
Tan solo tenemos que abrir los ojos, y seguir cuidando la existencia misma, la  propia, la  ajena, la de todos.

  1. que sigamos defendiendo y celebrando la vida

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  2. Vamos por las dos vidas. Toda vida vale!

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