Un alma nueva a la economía

Un alma nueva a la economía

El papa Francisco invitó a jóvenes emprendedores de todo el mundo a trabajar por una economía diferente. Una joven cuenta el profundo proceso vivido a partir de aquella interpelación y su sueño de construir un mundo más justo con otros jóvenes que comparten el mismo deseo.

El papa Francisco nos llama a dar un alma nueva a la economía, a ser creadores de una nueva economía y vida. Este llamado, que llegó desde Asís en 2019, nos congregó a responder juntos, desde nuestro lugar de emprendedores, investigadores y agentes de cambio. En mi corazón ya venía produciéndose un llamado desde antes de comenzar mi carrera universitaria, al cual, siguiendo las mociones, iba respondiendo paso a paso. Fue un camino personal de muchos desafíos y cuestionamientos, de sentir y escuchar una narrativa del mundo que no iba con mi deseo profundo.

Así fui descubriendo que Dios me llamaba a construir, a servir, desde el sector de la Economía, creando vehículos que pusieran a la persona en el centro. Fui comprendiendo, a través del ejemplo de otros, que “podía ser diferente”. Recuerdo con mucha pasión la primera vez que, leyendo un caso en la universidad, conocí un emprendimiento que trabajaba en conjunto con productores de café. No solo vendían sus productos sino que habían creado escuelas y centros junto a las familias y comunidades. Allí fue donde entendí que mi lugar era seguir estos pasos. Se me hizo presente la frase de san Ignacio de Loyola en su momento de conversión: “Si san Francisco o santo Domingo pudieron hacer esto o aquello, yo también puedo hacer lo mismo”. Pensaba: “Si este emprendimiento pudo, yo también puedo hacerlo”. Y así fue como continué el camino.

Estoy convencida de que cuando seguimos nuestro “para qué” profundo, eso que nos mueve, la vida y Dios se encargan de encontrarnos con las personas indicadas en el camino. Ese emprendimiento fue el primero de muchos que siguieron, conocí Economía de Comunión y así a muchas personas que soñaban aquella economía diferente.

Después de mis estudios y movida por el deseo de generar oportunidades económicas para pequeños productores, fundé Matera junto a una amiga del posgrado. Matera ofrece mate de productores de pequeña y mediana escala en Estados Unidos, el país en donde había terminado mis estudios y me encontraba trabajando.

Fue en ese deseo de seguir compartiendo ese para qué, que en una reunión local de Economía de Comunión escuché la carta del papa Francisco a los jóvenes. Sin mucha seguridad y con incertidumbres, decidí decirle que sí. Y ese ha sido un camino que me ha cambiado la vida.

Mi encuentro con la Economía de Francisco

El llamado a crear una nueva economía y vida tiene como propuesta generar proyectos proféticos y específicos. Para esto, la Economía de Francisco está estructurada en 12 aldeas de trabajo, cada una de ellas centrada en dos palabras que, a los ojos de la economía actual, no irían conectadas. Viniendo de una familia que trabaja en agricultura y con un fuerte llamado a servir a los productores, opté por la aldea de Agricultura y Justicia.

En la aldea de Agricultura y Justicia creemos que estas dos palabras juntas responden a los grandes desafíos de la conversión ecológica hacia la ecología integral. Forman la base de una sociedad libre y digna, donde las personas y el planeta están en el centro.

Desde esta experiencia, comprendí que no podemos pensar en una conversión y una respuesta al pobre sin contemplar la Tierra, como dice el papa Francisco, “la más pobre de todas”. Ese “pensar la tierra” es una regeneración que comienza en nosotros y en el otro.

Para hacer realidad la conversión ecológica creemos que hay cuatro pilares que guían el trabajo:

1. Ecología Integral: El papel de la Iglesia y la importancia de las comunidades indígenas.

2. Mujer Agrícola: Como indígena, campesina, trabajadora, dirigente y madre.

3. El valor real de los alimentos: Precios justos y en función de la economía.

4. Cuidado de la Casa Común: Salud del suelo, biodiversidad, cambio climático, agua, “bosques”, servicios ecosistémicos y Huella Cero para 2050.

Estos pilares se traducen en proyectos en cuatro áreas de trabajo de la aldea: Proyectos, Start-ups, Investigación y Comunicación, trabajando en conjunto con los polos territoriales locales en diferentes países del mundo y siguiendo un proceso de Ver, Juzgar y Actuar proporcionado por el papa Francisco.

La Granja de Francisco

Así es como nació en junio de 2020 The Farm of Francesco (La Granja de Francisco), un proyecto y proceso que tuve la oportunidad de coliderar desde su origen.

Respondiendo al llamado del Papa para restaurar nuestra Casa Común y abordar las injusticias presentes en nuestra economía, La Granja de Francisco es una red global de granjas de demostración centradas en los agricultores, con un programa de educación vocacional para cocrear soluciones hacia sistemas alimentarios sostenibles y favorecer la regeneración de suelos.

Actualmente, los pequeños agricultores, que cultivan más del 80 % de los alimentos del mundo –la mayoría de ellos mujeres–, viven los principales conflictos del sistema alimentario, enfrentan derechos de propiedad inciertos sobre la tierra que cultivan y no tienen acceso al conocimiento de prácticas agrícolas más beneficiosas. Al mismo tiempo, la seguridad alimentaria y climática mundial se ve amenazada por 12 millones de hectáreas anuales de suelo que se pierden debido a la erosión.

Lo que fue un proyecto y visión de 10 jóvenes representando a 8 países hoy es una realidad, con las dos primeras Granjas de Francisco en Ibadan (Nigeria) y Manaus (Brasil).

Nuestro modelo se centra en enseñar los principios y prácticas agrícolas regenerativas en una granja de demostración existente, ofreciendo una oportunidad viable para que los jóvenes de comunidades desfavorecidas que viven en la zona donde la granja está inserta construyan medios de vida regenerativos para ellos y sus familias. Guiados por nuestro panel de impacto científicamente validado estamos desarrollando nuestro negocio en una fórmula híbrida: la granja es una operación comercial viable por sí misma, complementada por los ingresos generados por las nuevas granjas establecidas por los aprendices.

Nuestra visión es construir un modelo que pueda crear una nueva narrativa y revolución en la agricultura, generar un impacto para la prosperidad al educar a los agricultores y a la comunidad, y regenerar muchas hectáreas de tierra en todo el mundo.

Un modelo que comienza desde la respuesta de cada uno de nosotros y donde todos podemos ser parte para dar un alma nueva a la Economía ·

Para conocer más: www.drinkmatera.com / www.francescoeconomy.org/eof-villages/
Si querés comunicarte con la autora podés escribir a virginiasolis@drinkmatera.com.

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