Monseñor Daniel Kozlinski Netto, obispo de Eparquía de la Iglesia greco-católica en Argentina, expresó el dolor de la comunidad ucraniana ante la devastadora guerra.
El obispo precisó, “Tengo muchos fieles y tres sacerdotes ucranianos que tienen a sus padres, hermanos y familia en Ucrania. No paran de sufrir mucho y de rezar”.
Así describió el sentimiento que agobia a los ucranianos que ven desgarradoras imágenes de la guerra. Asimismo destacó la necesidad de exhortar a la sociedad y a los gobiernos para que intercedan por la paz en Ucrania.
“Ya desde antes, con las amenazas de una posible guerra, la tensión era muy grande, pero en estos últimos días la comunidad ha reaccionado muy bien, en positivo, con manifestaciones y acciones concretas”, explica el eparca al referirse a las manifestaciones por la paz en el territorio argentino desde el pasado 24 de febrero. La comunidad ucraniana supera los cien mil fieles en la región.
Desde el inicio de las acciones bélicas, las Iglesias católicas ucranianas se mantuvieron abiertas todos los días, para que la gente se acerque a sus templos. “Seguimos los mensajes cotidianos de nuestro Arzobispo Mayor y Patriarca Su Beatitud, Sviatoslav, los llamamientos del Santo Padre Francisco y los acompañamos con la oración y el ayuno, pero principalmente con la caridad.
Prueba de ello son las colectas que se reciben en las parroquias de 14 a 19 horas, donde se reciben material de primeros auxilios, medicinas, alimentos y ropa. Ya ha salido un primer cargamento, rumbo a Ucrania, mientras la recolección continua en la región.
Naciones solidarias
Como Visitador apostólico de la Iglesia Greco católica ucraniana en Paraguay, Chile y Uruguay, monseñor Kozlinski, destacó la solidaridad de los obispos de las Conferencias episcopales de esos países ante la situación en Ucrania con llamamientos y gestos de caridad, pero también por las manifestaciones de los ciudadanos en contra de la guerra en muchas ciudades de Sudamérica.
“En todos esos países se está pidiendo apoyo en este momento tan dramático de Ucrania, pero no solamente para tocar el alma de las personas simples, sino manteniendo contactos, a través de las distintas organizaciones civiles de nuestra comunidad, para que los gobiernos locales intercedan por el fin de la guerra y buscando una solidaridad concreta para los ucranianos y por la paz”.
