Editorial de la revista Ciudad Nueva de octubre en la que se aborda el tema de los medios de comunicación y la relación con los usuarios.
“Comunicar encontrando a las personas donde están y como son”. La frase pertenece al mensaje del Papa para la 55 Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales de este año. Representa sin dudas un gran desafío para todos, no solo para los profesionales de la comunicación. Es una invitación a ir al encuentro de la realidad que nos rodea y a reconocer la enorme diversidad que podemos descubrir a cada paso que damos.
En la era de la información, potenciada a gran escala por la tecnología a la que accedemos cotidianamente, todos somos usuarios capaces de contar historias positivas y enriquecedoras para la sociedad que habitamos, y también consumidores, con la posibilidad de elegir qué es lo que queremos escuchar, mirar o leer, según el formato que nos resulte más atractivo.
Con contundencia el Papa expresa: “Ya se han vuelto evidentes para todos también los riesgos de una comunicación social carente de controles. Hemos descubierto, ya desde hace tiempo, cómo las noticias y las imágenes son fáciles de manipular, por miles de motivos, a veces solo por un banal narcisismo. Esta conciencia crítica empuja no a demonizar el instrumento, sino a una mayor capacidad de discernimiento y a un sentido de la responsabilidad más maduro, tanto cuando se difunden, como cuando se reciben los contenidos. Todos somos responsables de la comunicación que hacemos, de las informaciones que damos, del control que juntos podemos ejercer sobre las noticias falsas, desenmascarándolas. Todos estamos llamados a ser testigos de la verdad: a ir, ver y compartir”.
Este mes la televisión argentina cumple 70 años y no se puede negar la influencia que la pantalla chica tiene en la audiencia, para bien y para mal. Y junto a este potente canal de comunicación, podemos ver cómo el desarrollo de los medios se ha acelerado en las últimas décadas llegando a una oferta casi personalizada a la que podemos tener acceso en la palma de la mano. Ya sea para consumir como para difundir.
En este sentido es que vale preguntarnos cuál es la relación que tenemos con los medios de comunicación que utilizamos. Desconocer que en los grandes medios hay tendencias e intereses para un lado y para el otro de nuestras fracturas sociales y políticas sería de una notable ingenuidad. Sabiendo esta realidad, bueno es recurrir a la diversidad de miradas –incluso las que no están alineadas con nuestro pensamiento– y a propuestas alternativas que ofrezcan mensajes más ecuánimes, que ayuden a construir nuestro propio punto de vista.
En la propia palabra, “medio”, está la definición y su deber ser. ¿Seremos capaces de habitar las fracturas de nuestra sociedad, abrir los oídos, los ojos, el corazón, para no ensanchar las fisuras y acercar opuestos? Es un tremendo desafío, impostergable, si queremos ser protagonistas de la construcción de una humanidad nueva.
Artículo publicado en la edición Nº 635 de la revista Ciudad Nueva.