Argentina intentará desde mañana concretar el postergado sueño de alzar la Copa Davis. Delbonis abrirá la serie ante Marin Cilic y luego Del Potro se medirá con Karlovic.
A lo largo de la historia Argentina ha hecho méritos para ganar la Copa Davis. Y ha tenido jugadores para lograrlo. Guillermo Vilas, José Luis Clerc, y la famosa Legión, por la que pasaron importantes tenistas como David Nalbandian, Guillermo Coria, Gastón Gaudio y el propio Juan Martín Del Potro, entre tantos otros. Las finales de 1981, 2006, 2008 y 2011 reflejan lo esquiva que ha sido la Ensaladera de Plata para el equipo nacional, que siempre estuvo salpicado por diferencias y luchas de egos en las instancias decisivas, perjudicando el objetivo colectivo.
Esta vez, con la capitanía de Daniel Orsanic y el liderazgo de Del Potro, parecería no existir ese riesgo. Hay aires renovados y evidencias de un grupo que, sin tener grandes individualidades, ha hecho de la unidad su fortaleza.
A partir de mañana, desde las 10hs de la Argentina, comenzará a escribirse el último capítulo de esta historia. Federico Delbonis abrirá la serie frente al singlista número uno de Croacia, Marin Cilic (número 6 del mundo), y luego el choque de dos gigantes: Del Potro ante el lungo (mide 2,11 metros) Ivo Karlovic, quien es dueño de un saque demoledor.
El sábado llegará el turno del dobles, para el que Argentina está reservando a Guido Pela y Leonardo Mayer y, de acuerdo a cómo se den los resultados de estas dos jornadas, se sabrá si habrá un domingo decisivo.
El equipo argentino está una vez más a un paso de un hecho histórico. Su concreción está al alcance de la mano. Si se compara con otras finales perdidas, quizás ésta no sea, a priori, la más accesible. Al contrario. Pero este grupo se ha hecho fuerte en las difíciles. Y quiere hacer realidad el sueño postergado.
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