Boca y River igualaron 2 a 2 en el partido de ida por la definición de la Copa Libertadores. El 24 de noviembre en el Monumental será la revancha y se conocerá al nuevo campeón de América.
Fue un partido con todos los condimentos que tiene que tener una final de esta naturaleza. Después de la lluvia y la abundante cantidad de agua que cayó en la zona metropolitana en general y en La Boca en particular, que motivó a la postergación del partido por 23 horas, no asomó el sol en la Bombonera aunque las nubes sí dejaron percibir un partido atrapante de principio a fin.
Mucha intensidad, llegadas a los arcos, participación de los arqueros, un lesionado como Cristian Pavón que le dio lugar a Darío Benedetto, goles. Todo eso tuvieron los primeros 45 minutos de la súper final en donde, si bien River dominó y fue quien tuvo ideas más claras y un funcionamiento colectivo más aceitado, Boca se fue al vestuario con ventaja en el marcador: 2 a 1.
La primera parte sirvió para comprobar una vez más que los delanteros de ambos equipos están “picantes”, con la “pólvora seca”, lo que es una garantía de goles. Ramón Ábila abrió el marcador para los xeneizes tras un doble intento, luego de una tapada de Franco Armani y un nuevo y fuerte remate que el arquero no pudo contener en el primer palo. Iban 34 minutos y el estadio “latía” más que nunca.
Sin embargo, a River le sucedió lo que cualquiera que va perdiendo necesita: reaccionar a tiempo. Y en un minuto encontró la igualdad gracias a un remate cruzado de Lucas Pratto, que silenció a la Bombonera y le dio mayor justicia al marcador.
Pero todavía habría tiempo para más. Se jugaba un minuto de descuento, y el encendido goleador Benedetto, que en las semifinales reapareció en todo su potencial, volvió a ratificar su buen momento y peinando un centro frontal al área puso el 2 a 1 con el que Boca se fue al descanso.
Con la ventaja y mejor acomodado en el campo, Boca logró mejorar su rendimiento y el segundo tiempo comenzó más parejo en el manejo de las acciones. No obstante, River también disfruta del buen momento de Gonzalo Martínez. A los 15 minutos, un tiro libre lejos del área, pero pateado de una manera “envenenada”, provocó que el salto entre Carlos Izquierdoz y Pratto desconcertara al arquero Agustín Rossi y así River lograra la ansiada igualdad.
Con el empate el partido dejó de tener grandes emociones en las áreas. Sin embargo, cuando el reloj marcaba el tiempo reglamentario, apareció Armani en todo su esplendor: Carlos Tévez, que había ingreso por Ábila, habilitó a Benedetto y el arquero de River le tapó un mano a mano que podría haber dejado a Boca con un halo ganador de cara a la revancha.
Pasaron los primeros 90 minutos. La serie está más que abierta. Serán dos semanas de más nerviosismo y ansiedad. Aquí ya no pesa el valor de los goles de visitante ante una supuesta igualdad que, de ocurrir, se dirimirá primero con un alargue de 30 minutos y en su defecto con penales. River infla el pecho y espera con confianza el partido en el Monumental. No obstante, Boca sabe lo que es ganar en casa de su archirival. El sábado 24 de noviembre a las 17hs será la fecha y la hora decisiva. El mundo del fútbol se prepara para nuevas súper emociones.