La alta comisionada ONU para los Derechos Humanos solicitó investigar la represión policial. Los manifestantes piden instituciones más democráticas.
Se vuelve cada día más compleja la situación de Hong Kong, donde la jefa del gobierno de este territorio chino con un estatuto autonómico especial, Carrie Lam, está convencida de que las protestas han llevado a la ciudad a un “camino sin retorno” que podría “hundir a la sociedad”. Desde ayer el concurrido aeropuerto de Hong Kong tuvo que interrumpir sus servicios con la cancelación de cientos de vuelos por el bloqueo de manifestantes que impiden el funcionamiento de la terminal aérea.
El diario hongkonés South China Morning Post asegura que cientos de manifestantes han tratado de ocupar las terminales este martes, desde las 14.35 hora local, para paralizar el aeropuerto por segundo día consecutivo.
La jefa de gobierno Carrie Lam, por su parte, volvió a defender a la policía y a criticar a los manifestantes, que, según ella, han llevado a la ciudad a “un camino sin retorno” que podría “hundir a la sociedad en una situación muy preocupante y peligrosa”. Según Lam, la actuación de la policía está basada en directrices sólidas. “Los policías toman decisiones en momentos puntuales en pro de los intereses de la seguridad de la gente (…). No se puede decir que hayan hecho algo mal”, señaló al referirse a las acusaciones de los manifestantes de que la policía disparó munición no letal el domingo a bocajarro dentro del metro o que hirieron a una chica en el ojo, Lam dijo que espera que el caso sea llevado ante el cuerpo, que según ella conforma “el pilar del Estado de Derecho en Hong Kong”. “Hemos oído muchos discursos de odio contra la policía… Esto no es beneficioso para Hong Kong”, añadió.
Sin embargo, la alta comisionada de Naciones Unidas por los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, manifestó preocupación por las denuncias contra la represión policial y pidió que la antigua colonia británica las investigue en modo imparcial. La funcionaria condenó toda forma de violencia, que en estas semanas de protestas se han ido incrementando, del lado de la policía como de los manifestantes. También Amnistía Internacional intervino sobre la cuestión reportando ataques de la policía en el momento en que los manifestantes estaban retirándose.
Los manifestantes han reclamado en un primer momento contra un proyecto de ley de extradición, es decir, someter algunos delitos al sistema penal chino. Los habitantes del territorio autónomo gozan, en efecto, de libertades que son inimaginables para el resto del país, como efecto de los acuerdos pactados con Pekín en el momento de la devolución de Hong Kong a la soberanía de China. El proyecto de extradición quedó en letra muerta, sin embargo, las protestas siguen ya que ahora se reclama por una mayor democratización del sistema de gobierno.