Desde hace 12 años los nacimientos son superados por los fallecimientos. La reducción de la población está impulsando la llegada de extranjeros.
Japón registró en 2018 su mayor descenso demográfico desde 1968, con una disminución de 433.239 habitantes. En el país se registra una caída constante en los nacimientos, según reconocen sus autoridades.
El descenso de la población es el décimo anual consecutivo que se da en Japón y dejó su población total en 124,8 millones de habitantes el año pasado, indica el informe demográfico anual del Ministerio japonés del Interior.
En 2018, en el país se produjeron 921.000 nacimientos, lo que supone un mínimo histórico, mientras que el número de fallecimientos fue de más 1,36 millones. Se trata del duodécimo año seguido en que se observa un número mayor de muertes que de nacimientos en el país asiático.
Asimismo, en un informe publicado por el Gobierno japonés, se señala un aumento del número de residentes extranjeros de aproximadamente 170.000 personas, hasta alcanzar los 2,66 millones en 2018, lo que supone que por primera vez los residentes foráneos superaron el 2 por ciento de la población total.
Japón experimenta un acelerado proceso de envejecimiento demográfico que presenta numerosos desafíos sociales y económicos. Ante la acuciante carencia de mano de obra que afecta a muchos sectores de la economía nipona, el gobierno comenzó a aplicar el pasado abril una controvertida normativa destinada a agilizar la llegada de inmigrantes poco cualificados.