La Selección Sub-20 venció a Uruguay 2 a 1 en el Hexagonal final del Sudamericano y una fecha antes se clasificó al Mundial y a los Juegos Panamericanos. Un objetivo cumplido para enderezar el rumbo de las Juveniles.
El abrazo colectivo, la euforia y la alegría que transmitía la imagen, una vez consumada la victoria ante Uruguay por 2 a 1, trajo a la memoria otros tiempos de las Selecciones Juveniles, cuando este tipo de situaciones eran moneda corriente.
Sin dudas genera entusiasmo ver a los jóvenes argentinos alcanzar los objetivos. En este caso, clasificar al Mundial de Polonia que se disputará entre el 23 de mayo y el 15 de junio y ganar también los pasajes para los Juegos Panamericanos de Lima, entre julio y agosto.
La intención no es comparar la otrora época comandada por José Pekerman con ésta que está dando sus primeros pasos. Pero este resultado invita al menos a preguntarse si de una vez por todas ha llegado el momento de encarrilar a los seleccionados juveniles desprestigiados en la última década fruto de la desidia dirigencial de la Asociación del Fútbol Argentino.
Asegurar que el trabajo ya está hecho sería por lo menos apresurado si se entiende que en los últimos meses este equipo, que tiene posibilidades de ser campeón el próximo lunes, incluso dejando a Brasil sin Mundial, tuvo tres entrenadores, hasta que finalmente asumió Fernando Batista, un conocedor como pocos del fútbol juvenil de la Argentina.
No obstante, se sabe que en los procesos a mediano y largo plazo, los resultados ayudan a generar confianza y a creer siempre un poco más en la tarea que se va realizando. Puntualmente este grupo fue de menor a mayor en su rendimiento a lo largo del certamen y eso puede servir de parámetro para comprender que aún hay mucho camino por recorrer y que se puede seguir creciendo.
Los chicos argentinos reflejaban la euforia y la alegría de un objetivo cumplido. Quizás aún no sepan que pueden estar escribiendo el capítulo de la refundación de las Selecciones Juveniles Argentinas. El tiempo dirá si este logro es acompañado por decisiones dirigenciales acordes a la gloriosa historia que se supo construir.
