La Selección argentina enfrentará este jueves a Brasil en Belo Horizonte con la presión de encausar su rumbo hacia el Mundial.
Las tres finales perdidas en tres años han generado desazón en la mayoría de los argentinos, incluidos hinchas y periodistas. Enfundados en un exitismo sin límites, la crítica ha sido despiadada para un grupo de jugadores que ha mantenido a la Selección bien alto durante mucho tiempo. Un logro en sí mismo, más allá del resultado final.
Nadie imaginaría que poco tiempo después, cualquiera desearía volver a ese estado, en el que estos mismos jugadores (más allá de algunas variantes) superaban los escollos con autoridad y solvencia. Ahora reina la desconfianza, el descontento es mayor y, lo que suma aún más críticas, es la incertidumbre sobre el destino de la Selección que, a falta de ocho compromisos para que finalicen las Eliminatorias, se encuentra fuera del lote de clasificados para Rusia.
Por eso la doble fecha frente a Brasil, el jueves a las 20.45hs en Belo Horizonte, y Colombia, el martes en San Juan, será clave para el conjunto dirigido por Edgardo Bauza. Argentina hace tres fechas que no gana, viene de perder con Paraguay de local y sueña con que el regreso de Lionel Messi (su último encuentro fue en la victoria ante Uruguay) le devuelva una sonrisa a un grupo que necesita dar una muestra de carácter visitando a su clásico rival, líder en el camino hacia el Mundial.
Bauza aún no ha encontrado su equipo “ideal”. Argentina juega mal. Sus individualidades no responden con la camiseta nacional de la misma manera con la que lo hacen en sus clubes y la presión va en aumento, ya que de no conseguir buenos resultados la posición pasaría de ser preocupante para convertirse en crítica.
Argentina se concentra en Cidade do Galo, el predio del Atlético Mineiro que fue bunker durante el último Mundial. Allí se ha tejido el sueño casi hecho realidad de alzar la Copa del Mundo. La Selección podrá encontrarse con el recuerdo amargo de aquella final o bien regenerar el espíritu para encausar el rumbo y no sufrir en el tramo final de las Eliminatorias. Depende de ellos.