En este mes se celebra Rosh Hashaná, el nuevo año, luego de lo cual comienzan los diez días que culminan en el Iom Kipur, Día del Perdón.
Septiembre es un mes importante para la comunidad judía, pues se celebran el Rosh Hashaná y la fiesta del Iom Kippur.
Aunque, en el caso del Rosh Hashaná aparece indicada en la Biblia cuando prescribe: “En el mes séptimo, al primero del mes tendréis sábado, una conmemoración al son de trompetas, y una santa convocación.” (Levítico, Cap. 23, 24), no hay un acontecimiento histórico con el que se relaciona.
El concepto de Yom Hadin (día del juicio), que es otro de los nombres con que se le conoce Rosh Hashaná, está dirigido a la humanidad toda, que recuerda el día de su creación, durante el cual comienza a ser juzgada por el creador y cada individuo debe encontrar su lugar en el Libro de la Vida. Durante los diez días de esta fiesta el fiel se disculpa ante el creador, pero también, y principalmente, ante sus prójimos por todo el daño que, intencionadamente o no, se pudi haber provocado. Los Yamim Noraim, son una fiesta especialmente destinada a reforzar el buen relacionamiento entre los seres humanos.
El saludo tradicional de Rosh Hashaná es, de acuerdo a la mística: «Que sean inscriptos para un buen año de vida». Durante la tarde del domingo 9, cuando aparezca en el cielo la primera estrella, la comunidad judía comenzará a transitar Rosh Hashaná, el año nuevo judío. Se inicia el año 5779 que se recibe con manzana con miel (para tener un año dulce) y el deseo de Shaná Tová, “buen año”. Según la tradición la festividad simboliza la creación del hombre que es el sexto día a partir de la creación del mundo. Rosh Hashaná también es un tiempo de encuentro familiar, reflexión y balance sobre el período que termina y el que está por venir.
A partir del año nuevo judío comienza un período de diez días de arrepentimiento que culmina en Iom Kipur, el Día del Perdón, que será entre la tarde del martes 18 a la del miércoles 19. Durante ese día se ayuna. Simbólicamente en Rosh Hashaná se abre el libro de la vida y en Iom Kipur, se cierra. Una de las más importantes costumbres durante la víspera de Rosh Hashaná consiste en tocar el Shofar, un cuerno de carnero, que representa el clamor del pueblo judío al reconocer a Dios como creador.