Por quinto año consecutivo crece el número de pobres y también la pobreza extrema. Brasil y Venezuela encabezan la lista.
Desde 2015 la pobreza en América latina ha dejado de disminuir y ahora se incrementa (30,8% de la población, equivalente a 191 millones), así como crece la cantidad de los que viven sumidos en la pobreza extrema (11,5%, equivalente a 72 millones de personas). El dato es señalado por la comisión económica de la ONU para la región, la CEPAL, en su “Panorama social de América latina”, un informe periódico sobre esta realidad. Los avances económicos registrados en un contexto favorable durante una década, se encontraron con un entorno desfavorable, en el que se produjo el retroceso de estos años.
Brasil y Venezuela son los países en los que la crisis ha producido la mayor cantidad de efectos negativos para la pobreza. En el resto de la región el deterioro de las condiciones de vida ha sido más leve.
La CEPAL condensa en un lema el esfuerzo necesario para intervenir en la problemática: “Crecer para igualar e igualar para crecer”. Según la secretaria ejecutiva de la entidad, Alicia Bárcena, “la superación de la pobreza no solo exige crecimiento económico: este debe estar acompañado por políticas redistributivas y políticas fiscales activas”. La desigualdad sigue siendo, en efecto, el principal problema para América latina que no es la región más pobre del planeta, sino la más desigual, como reconocía un documento de la misma CEPAL de 2007. El 1% de la población más rica, en varios países reúne hasta un 30%, como en Brasil, de la riqueza producida. En el caso de Chile, el 20% más rico se queda con el 72% de la riqueza. La desigualdad, luego actúa distorsionando la economía, reduciendo el poder adquisitivo (por tanto, también el consumo de una parte considerable de la población), al tiempo que permite una acumulación que luego no se refleja en mayores inversiones.
La CEPAL advierte que ser parte de la clase media no implica salir de la pobreza. “Es fundamental reconocer que existe un segmento de la población que, pese a haber superado este umbral, se encuentra en una situación de alta vulnerabilidad” y riesgo de regresar a la pobreza.