¡Santa Radio! - Ciudad Nueva

En la tarde del jueves 12 de febrero de 1931, el santo Padre Pio XI enviaba su primer mensaje a través de Radio Vaticana. La emisora pontificia descubría así no solo su capacidad de ampliar la voz de los pontífices, sino su potencial como medio de comunicación de masas.

El martes 1º de enero de 1957 se publicó el primer número del “Radiogiornale”, emisión radiofónica en siete idiomas y un boletín impreso. El jueves 30 de junio de 1966, el Papa Pablo VI llegó al Centro de Radiodifusión de Santa Maria di Galeria para inaugurar tres transmisores de onda corta. Giovanni Montini conocía el valor de la información, ya que su padre había sido periodista. No en vano, uno de sus primeros decretos a finales de 1963 fue la Inter Mirifica, donde abordaba el valor de los medios de comunicación. Por eso, aprovechó la ocasión de la inauguración de los nuevos transmisores para dar una orientación precisa a la emisora en el sentido de ser la voz de los Papas, y conformar un incisivo instrumento de opinión”.

Mucho más que cables y teclas

En su alocución el Papa Montini alude al “sector de los programas” como “la parte principal de la obra relativa a la Radio: es decir, su finalidad, su uso, su utilidad efectiva. Sería inútil tener un instrumento magnífico, si no supiéramos magníficamente utilizarlo”.

Ese discurso contiene el germen de una gran redacción, que ponga a las distintas secciones lingüísticas en condiciones de trabajar juntas. De hecho, a partir de ese momento, el centro de gravedad de Radio Vaticano cambió. Si antes el director general tenía una mirada técnica, a partir de ese momento, la cabeza del multimedio debería entender cuestiones más amplias: radio, televisión, internet, y la comunicación en su sentido más amplio: el universo de la palabra.

Han pasado algunos años, y la necesidad de comunicar la esperanza y compartir la Buena Nueva, sigue animando a millones de seres. En medio de combates, guerras, o adversidades, pandemia mediante, la radio sigue acercando a las personas, comunicando en 41 idiomas, transmitiendo más de 12.000 horas al año. Un noble medio para un fin sagrado.