Es inevitable para este cronista no hacerlo, al evocar el viernes 2 de abril de 1982.
Hay una herida que aún no cierra, y se refiere no solo a la inutilidad de la guerra, sino a la volatilidad de un sector de nuestro pueblo. Porque tan solo 3 días antes, el martes 30 de marzo de aquel inolvidable 1982, tuvo lugar una fuerte marcha convocada por una de las Centrales Obreras, para manifestarse contra el régimen imperante de aquel entonces.
Una marcha con fuerte represión y una víctima que se llevó la vida en Mendoza. Tan solo 72 horas más tarde, en el mismo escenario de Plaza de Mayo, cambió el decorado y la música. Un sector celebraba la toma que devendría en una guerra letal.
Han pasado muchos años, queda mucho por hacer y aprender.
Como estos 90 soldados que dieron su vida y recuperaron su identidad, luego de 35 años, pero gracias a un soldado, una periodista, un coronel inglés y a un artista británico.
Queda mucho por hacer. No hay tiempo que perder…