El ex presidente Rafael Correa ha regresado al país para oponerse al presidente Lenin Moreno. El partido oficialista Alianza PAIS está dividido.
La ruptura entre en el oficialismo de Ecuador no podría ser mayor, con el presidente Lenin Moreno enfrentado al expresidente Rafael Correa, quien denunció un supuesto complot entre el Gobierno de Moreno y el Consejo Nacional Electoral (CNE), con el fin de que se apruebe la consulta popular a la que ha convocado sin la necesidad del dictamen de la Corte Constitucional.
La primera línea divisoria entre Correa y Moreno ha sido la denuncia por corrupción contra el vicepresidente destituido Jorge Glas, acusado de recibir coimas por millones de dólares de la constructora brasileña Odebrecht. Glas se encuentra procesado y bajo arresto y es defendido por Correa y un sector del partido oficialista Alianza PAIS.
Además de otros enfoques políticos de Moreno, Correa está cuestionando la intención de una consulta ciudadana que plantea cinco enmiendas constitucionales, que tienen que ver con la pérdida de derechos políticos de las personas condenadas por actos de corrupción, limitar la reelección, reestructurar del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, la no prescripción de los delitos sexuales en contra de los menores de edad y la prohibición de minería metálica en áreas protegidas, zonas intangibles y centros urbanos. Correa y su sector cuestionan los límites a la reelección indefinida y la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana y Control social, cambios que califican directamente como un intento de golpe de Estado.
Ante la supuesta tardanza de la Corte Constitucional en pronunciarse sobre la consulta ciudadana, una herramienta utilizada varias veces durante la gestión de Correa, ha emitido decretos para convocar el referéndum. Por ello el ex mandatario sostiene que se intenta de este modo pasar por alto al tribunal constitucional por temor a un fallo desfavorable. “Se han ido por la vía dictatorial: argumentar que han vencido los plazos y pedirle directamente al CNE que convoque”, afirmó al considerar que los plazos de la Corte Constitucional no se han vencido. Correa reconoce que Moreno tiene facultad de convocar la consulta ciudadana: “Yo lo hice cuatro veces, pero siempre adscrito al plan de gobierno presentado y ordenado por el pueblo en las urnas…”, dijo. Y reiteró que su sector impugnará la convocatoria.